Ganan Gómez y Rubalcaba
Unas primarias que no quería nadie pueden excitar el debate sobre la sucesión de Zapatero
Actualizado:La manera en que Tomás Gómez ha ganado las llamadas primarias en el PSOE de Madrid puede lanzarle a ser el próximo presidente de esta Comunidad Autónoma.
Gómez ha fomentado desde el principio la imagen de político que viene desde la base -en su partido y en el Ayuntamiento de Parla-, de político que no cuenta con la bendición del poder de la dirección nacional, de currante de origen humilde y sin padrinos, de político rebelde. Esta imagen le ha dado excelentes resultados. Además, en quince días de campaña de primarias, Tomás Gómez ha salido más en los medios que en toda su vida anterior: ha pasado de ser muy poco conocido a ser reconocido y querido por propios y extraños. Ganar como un guerrillero, frente a la imagen del poder, es algo que resulta atractivo para un partido de bases a veces anarcoides, como el PSOE, y para el conjunto del electorado. Es probable que los madrileños votantes de izquierda que estén cansados de Zapatero hayan votado a Tomás Gómez como una forma de criticar al presidente y, sobre todo, como una manera de sacarse de encima a una presidenta tan conservadora como es Esperanza Aguirre.
De la misma forma que Zapatero ganó la secretaria general del PSOE al entonces poder de Felipe González y Rubalcaba -que pensaban que José Bono era el bueno-, Tomás Gómez ha ganado fuera de pronóstico y no es exagerado pensar que en su éxito hay una porción de voto de castigo a Zapatero.
Gómez se ha hecho un líder, un líder con opciones de movilizar a la izquierda madrileña y de llegar al poder en la Comunidad, y al mismo tiempo ha agudizado un debate, el de la sucesión en vida política de Zapatero. Con el éxito de Gómez se pueden sentir espoleados y crecer los que piensan que si con Zapatero se pierde, con Rubalcaba se gana. Un cambio de candidato a un año vista de las elecciones, teniendo en cuenta el inmenso apoyo del ministro del Interior, lo excelentemente bien que va la lucha contra el terrorismo y el cansancio que provoca un presidente entrampado en la crisis, podría provocar un extraordinario revulsivo en ese electorado de izquierda irritado por la reforma laboral y dispuesto a quedarse en casa como forma de castigo. Ese eventual cambio de Rubalcaba por Zapatero cogería a Rajoy cansado, que es su estado natural, devolvería ilusión al electorado socialista, ganaría apoyos en el electorado de centro y demostraría que ni en la mejor de las situaciones imaginables para la oposición, Rajoy es capaz de movilizar siquiera a sus votantes.
De manera que el éxito de Gomez en su partido puede ser el anticipo de su éxito en la Comunidad de Madrid y excitar el debate sobre la sucesión de Zapatero. Casi nada para unas primarias que no quería nadie.