Tributo a la memoria viva
El estreno del acto en honor al Día del Mayor homenajea a Catalina Benítez y a Agustín Abelludo
Actualizado:El primero de octubre, Día Internacional de las Personas Mayores, empezó ayer tarde a hablar con acento puertorrealeño, gracias al estreno de un acto conmemorativo propio para la efemérides.
Buena prueba de la expectación creada fue que media hora antes del inicio ya había una larga cola que se prolongaba por la calle Soledad para acceder a la Casa de la Juventud. Curiosa la doble metáfora, en uno de cuyos términos también cayó la presentadora del acto, Isabelita Pérez. «Qué mejor sitio que este», sonrió después de recordar que el año pasado hubo un «amago precipitado, sin la solemnidad ni la amplitud» con que se ha contado esta vez.
Las alrededor de 150 personas que tomarían asiento en los coquetos jardines de la antigua Casa de Don Bosco aguardaron parsimoniosamente a la retirada de sus invitaciones antes de acceder.
Ocuparon un lugar preeminente los homenajeados, Catalina Benítez y Agustín Abelludo, que recibirían sus Galardones a las Personas Mayores. A su lado, un simbólico espacio vacío, con un rótulo en el que se nombraba al recordado Ramón Catalán, reconocido el año pasado, y que más tarde ocuparía Carmelita, su viuda.
El alcalde, José Antonio Barroso, tuvo palabras especialmente sentidas para Agustín, del que dijo que «la cara es el espejo del alma», pero sobre todo para Catalán. «Sentimos su ausencia y su presencia» expresó de manera profunda antes de adquirir una inesperada dureza en su tono, y pedir a la familia que «no olviden las afrentas» de algunos «a pesar de cómo ayudó a tantos en la Bazán».
Poemas «al amigo»
Ramón sigue tan presente que el poeta Luciano Hernández abrió su inmediata intervención, dentro de una antología sobre los abuelos, con una pieza dedicada a su memoria, titulada «Él, el amigo». En ella insistió en la ingratitud de cierta gente hacia la persona de Catalán, por lo que, recitó, «cobró indiferencias».
La teniente de alcalde delegada de Bienestar Social, Rocío Fernández, resaltó por encima de todo que el de ayer era un acto «organizado a partes iguales por el Ayuntamiento y por el Foro de Mayores» del que surgió la idea.
Como ejemplo de ello se sitúa el que el propio diseño del galardón entregado a Catalina y Agustín saliera de otra mente veterana, la de Manuel Díaz Aragón.
Una muestra más en este sentido fue el que la velada estuviera amenizada por el conjunto de agrupaciones que forman parte del Centro de Día de Mayores, como su coro rociero, su grupo de teatro, el taller de flamenco y una rondalla que resulta a estas alturas un clásico imprescindible.