Optimismo de Zapatero
Actualizado:El presidente del Gobierno, criticado con ocasión de la huelga general por su falta de explicaciones de las medidas de ajuste a la sociedad, concedió ayer una entrevista a la radio pública en la que ratificó la reforma laboral, insistió en la necesidad de reformar las pensiones y recurrió a su proverbial optimismo antropológico para anunciar un futuro mejor a corto plazo. Sucede sin embargo que las previsiones de Rodríguez Zapatero tienen escasa credibilidad, después del garrafal error de ignorar la crisis durante tanto tiempo. Además, parece inútil negar que los próximos Presupuestos del Estado son «restrictivos» porque el 58% del gasto es social: lamentablemente, los recortes llegan a todas las partidas, desde las pensiones al desarrollo de la Ley de Dependencia. Ni siquiera es verosímil que en dos años tengamos «un crecimiento económico sólido». En el mejor de los casos, y aun contando con que no suframos una recaída, es evidente que tardaremos bastante más en recuperar un ritmo de crucero aceptable que nos permita comenzar a reducir el insoportable desempleo. Un desempleo que lastra nuestro crecimiento en un perverso círculo vicioso y que solo cederá verdaderamente cuando hayamos construido un nuevo modelo de desarrollo.