ESPAÑA

de las elecciones

«Creo en la identidad y en la singularidad de la región», afirma el líder del PP en un intento de congraciarse con el nacionalismo

MADRID. Actualizado: Guardar
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El puente aéreo entre Madrid y Barcelona echa humo entre las filas populares. A escasos dos meses de las elecciones autonómicas, el líder del PP, Mariano Rajoy, ha intensificado su presencia en la comunidad catalana con visitas semanales que tratan de demostrar que esta vez sí los populares apuestan fuerte en los comicios autonómicos.

Con la idea de ser decisivos a la hora de los futuros pactos postelectorales, el PP quiere poner en Cataluña la primera piedra de la victoria en las legislativas de 2012, una cita que tendrá una meta volante previa en las municipales y autonómicas de 2011. «El PP va a ser imprescindible para el cambio en Cataluña», dijo ayer Rajoy en Lérida, donde visitó la feria agraria de la capital del Segrià. «El PP lo que aportará a Cataluña es estabilidad, certidumbre y seguridad», remató.

Dispuesto a pasar página con el tema del 'Estatut', que fue recurrido por su partido ante el Constitucional hace cuatro años, cada vez que Rajoy se acerca a Cataluña hace algún guiño que pueda ser bien recibido por CiU, federación a la que previsiblemente tendrá que apelar si algún día necesita apoyos en el Parlamento español. «Creo en la identidad y la singularidad de Cataluña», afirmó Rajoy. El presidente del PP estuvo ayer en Lérida, pero volverá el lunes a Barcelona con toda la plana mayor del partido para mantener una reunión del consejo ejecutivo nacional de la formación, órgano que por primera vez sale de Madrid.

Gobierno agotado

Como ya viene siendo habitual en sus visitas a Cataluña, Rajoy centró su discurso en Lérida en la economía. «Los problemas que hay en el conjunto de España no son muy distintos a los que hay aquí: paro y falta de crecimiento económico», expresó. Acompañado de la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez Camacho, el jefe de la oposición calificó los Presupuestos Generales del Estado para 2011, que presentó el jueves el Gobierno, como «deprimentes», ya que solo generarán «más desempleo, menos inversión y menos competitividad».

Durante una comida-mitin en la que no quiso hablar de las novedades del 'caso Gürtel' que salpican al presidente valenciano, Francisco Camps, Rajoy aseguró que el proyecto socialista está agotado y genera desconfianza. «Esto es lo que hace Zapatero en su tiempo de descuento», señaló. «Un país no puede aguantar mucho tiempo así, con más del 40% de los jóvenes en paro», explicó.

Esta vez no hubo referencias a la inmigración como en anteriores visitas del líder del PP a Cataluña, aunque Mariano Rajoy, que fue aclamado al grito de ¡presidente, presidente! durante su visita a la feria agraria de Lérida, tuvo bien cerca a un grupo de músicos búlgaros de etnia gitana que le interpretaron el himno del Partido Popular al estilo zíngaro. «Estos sí que son músicos de verdad, qué buena música», dijo el presidente del partido opositor.