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El mayor sindicato de Portugal convoca una huelga general el 24 de noviembre

Protestan contra las medidas de ajuste económico del Gobierno de Sócrates

EFE
LISBOAActualizado:

El mayor sindicato luso, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, de orientación comunista) ha decidido convocar una huelga general el 24 de noviembre en contra de las medidas de ajuste económico del Gobierno socialista.

Tras una asamblea sindical que aprobó el paro, el secretario general de la CTGP, Manuel Carvalho da Silva, ha declarado a los periodistas que van a dialogar con el otro gran sindicato portugués, la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista) para que se sumen a la protesta. Carvalho da Silva ha subrayado que la huelga pretende forzar al Gobierno luso, que el miércoles anunció un severo plan de austeridad, a cambiar de rumbo y tomar medidas contra el desempleo y los problemas sociales de Portugal, que vive su peor crisis económica en tres décadas de democracia.

La huelga es la sexta que convoca la central sindical comunista desde 1982 y la segunda que organiza durante la actual administración del primer ministro José Sócrates, que en mayo de 2007 sufrió otro paro general en protesta por la reforma del Código de Trabajo luso. Los sindicatos portugueses ya organizaron el pasado miércoles, horas antes de que Sócrates anunciara el refuerzo de las medidas de austeridad, dos manifestaciones en Oporto y Lisboa en las que participaron varias decenas de miles de personas.

El ajuste económico anunciado por Sócrates fue también rechazado el jueves, durante un debate rutinario en el Parlamento, por todas las fuerzas de la oposición lusa, que integran dos organizaciones marxistas y otras dos conservadoras. No obstante el Ejecutivo, que está en minoría parlamentaria, confía en que su programa económico, cuya aplicación se hará sobre todo en los presupuestos del Estado de 2011, superará el trámite de la Asamblea Legislativa gracias al apoyo tácito del principal partido de oposición, el Social Demócrata (PSD, centro-derecha).

Las medidas anunciadas habían sido reclamadas por Bruselas para reducir el déficit fiscal luso y tranquilizar a los mercados y constituyen un refuerzo del Plan de Estabilidad y Crecimiento (PEC) que presentó Portugal a la Unión Europea (UE) en marzo. A las medidas de austeridad en el sector público y los aumentos de impuestos aprobados entonces se suma ahora otra subida del IVA (del 21 al 23%), una rebaja del 3,5 al 10% del salario de los funcionarios, congelación de pensiones, más recortes de gasto e inversión estatal y aumento de la presión impositiva. Sócrates reconoció que se trata de medidas "duras y exigentes" pero las consideró imprescindibles para cumplir el objetivo de reducir el déficit publico, desde el 9,3%, al 7,3% este año y al 4,6% en 2011.

Las medidas "ahondarán" la crisis

Carvalho da Silva, que ha hecho un discurso de casi una hora ante los delegados de su sindicato, ha considerado que esas medidas van a "ahondar" la crisis que sufre Portugal y llevar a una situación aún mas precaria a la población de este país, de diez millones de habitantes. Muchos portugueses "están en condiciones inferiores al nivel mínimo de vida", se ha quejado Carvalho de Silva, que espera contribuir con la huelga a una gran movilización de toda la sociedad que obligue al Ejecutivo a adoptar una política económica más social.

"Hay muchas formas de equilibrar las cuentas publicas y si no hay crecimiento y empleo la situación del país empeorará", pronosticó, al criticar que el programa económico de Gobierno sólo facilitará que se paguen salarios aún más bajos. Carvalho de Silva ha declarado que ya ha conversado con los dirigentes de UGT y que espera que se sumen al paro en los próximas días en los que van además a intentar dialogar con el Gobierno.

El sindicato comunista, que esta semana celebra su 40 aniversario, agrupa a más de un centenar de organizaciones laborales con más de 700.000 afiliados, que se sumaron mayoritariamente a las dos huelgas generales organizadas en 1982 y a las que siguieron en 1988, 2002 y 2007. Todas esas protestas fueron convocadas contra las reformas de la legislación laboral portuguesa, que está considerada una de las más protectoras de Europa, y la política económica de los Gobiernos de entonces, socialistas y del PSD.