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El Banco de España prevé un tercer trimestre con más paro
El informe de la institución expone que el beneficio empresarial creció un 9,3% en la primera mitad del año
MADRID. Actualizado: GuardarLa economía se debilita de nuevo en los meses recientes por el deterioro del consumo, si bien las empresas han tenido un respiro en el arranque del año gracias a los estímulos públicos y el adelanto de ciertos gastos de consumo. El Banco de España reconoce que el desempleo todavía sigue creciendo en el tercer trimestre de este año a un fuerte ritmo interanual del 9,4% pero añade que esa tasa es inferior al avance del 12,3% registrado entre los meses de abril a junio y al 15% del trimestre inicial del ejercicio.
El instituto emisor, que recopila estos datos en su habitual análisis del mercado laboral, realiza una proyección bastante más negativa de la contratación indefinida. Si la ley de reformas urgentes del mercado de trabajo no pone remedio a esta situación, el porcentaje de trabajadores fijos en las nuevas inscripciones sufrirá «un recorte adicional» respecto a los niveles mínimos ya alcanzados. También alerta de la posibilidad de que el incremento del número de ocupados que se registró entre los meses de abril a junio -el primero en los dos últimos años- tenga causas puramente estacionales.
En su análisis mensual de coyuntura, percibe el Banco de España un debilitamiento de la actividad económica en los meses transcurridos desde el 1 de julio, como consecuencia de la llegada a término de las ayudas a la compra de coches, y porque los consumidores adelantaron buena parte de sus gastos en bienes duraderos para no verse 'pillados' por la subida del Impuesto sobre el Valor Añadido.
La cara más amable de los estudios del banco emisor es la que refleja la salida del túnel de las empresas en el primer semestre del año. Las sociedades que remiten sus datos a la Central de Balances del Banco de España vieron crecer su resultado ordinario neto en un 9,3% entre enero-junio respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Es importante matizar este avance, porque se ha producido con relación al momento más duro de la crisis, cuando la economía atravesaba una fase de aguda recesión, y el resultado de la actividad empresarial sufría un desplome interanual del 25,6%.
Entre las principales causas de esta mejora está el ajuste del empleo y la contracción de la inversión. El número medio de trabajadores de las empresas se redujo un adicional 2,7%, cuando ya se había recortado el 3,1% en el primer semestre de 2009. El sacrificio incidió sobre todo en los empleados con contrato temporal, pero también se destruyó el 1,8% de los empleos indefinidos. Y todo ello a pesar de que la crisis hizo mella en las retribuciones salariales. Consecuencia de la contención de las remuneraciones y del recorte de plantillas, los gastos de personal han bajado el 1,6%.
La actividad repunta, pero el beneficio neto de las empresas sufrió, no obstante, un descenso del 2,6% en el primer trimestre, frente a la fuerte caída del 26,8% registrada en el mismo periodo de 2009. Los ingresos extraordinarios, resultado de las plusvalías obtenidas por ventas y otras operaciones, se han volatilizado. Por añadidura, con la recuperación de los resultados ordinarios volvió el tirón de la fiscalidad: el impacto de los impuestos crecieron con fuerza, nada menos que un 40,8%, en el primer semestre de este año, después de haber caído de forma excepcional un 25,8% en el periodo enero-junio de 2009.
Por sectores, la recuperación de la actividad productiva ha alcanzado prácticamente a todos ellos, con la única excepción de la información y las comunicaciones. El valor añadido bruto de este grupo de empresas se redujo el 4,6% en un escenario de fuerte competencia y contracción de los márgenes, que afecta sobre todo a las telecomunicaciones. En sentido contrario destacan la industria, el comercio y la hostelería. Las manufacturas vienen de una profunda contracción y el crecimiento de la actividad comercial hay que matizarlo, porque el positivo comportamiento del consumo privado ha estado inducido en parte por la anticipación de decisiones de gasto a causa de la inminente subida del IVA.