TERTULIAS Y FORO-FOS

Hace diez años, a las puertas del antiguo Chapín, el entonces entrenador Nene Montero se enfrentaba a uno de los periodistas deportivos más veteranos y respetados de la ciudad, aún en activo. Le espetó el malagueño que en Jerez había muchas tertulias que decían muchas cosas y que eso no contribuía al bien del equipo porque se sembraba mucha discordia. Y no le faltaba razón en el número de opinadores, autorizados por su pertenencia al Xerez con carné o no de socio, por su simpatía futbolera, o bien por su labor profesional en los medios. Opinar en foros de internet o mediáticos no impidió el ascenso a Primera. Años después de Nene Montero, las tertulias proliferaron, y los foros eclosionaron y hasta se incendiaron en el guerracivilismo que vivió la ciudad en el pulso Ayuntamiento y club sobre todo en los tiempos de Oliver y del ominoso Silgado. Es más, ese caldo de cultivo que nació entre los foristas no ofensivos, contribuyó en parte a la democratización del xerecismo, a que la afición no sólo fuera la Federación de Peñas '9 de septiembre', fecha que se entendió en su día como la del Alzamiento. El fenómeno foro y tertulia contribuyó a que la afición reclamase más y mejor su papel activo dentro de las decisiones del club, hasta el punto de crearse una Fundación y la Plataforma 'Salvemos al Xerez'. Y el fenómeno sigue creciendo. El veterano socio Pérez-Rendón trabaja en una Tertulia Xerecista versión 'Casino Jerezano', que sería los martes, y que coexistirá con la Tertulia Xerecista que se celebra en El Bosque. Luego, a nivel radiofónico, en esta temporada apasionante en las ondas nacionales, a las habituales y singulares de SER, Onda Cero, COPE, Canal Sur y Onda Jerez, se une la versión en internet de xerezmania.com, conducida por Luis Lara. Y en cuanto a los foros están aquel inicial de 'El Varilla' o el propio Foro Xerecista, termómetros de opinión y con eco a veces decisorio. Otra cosa son los que opinan insultando a tirios y troyanos. No debe haber bula para el insulto. Al menos este notario firma lo que escribe, con corazón y neuronas, con profesionalidad manifiesta, aquí y en Pekín.