Más de 2.000 voces contra la reforma ponen el punto y final a la huelga en Jerez
JEREZ Actualizado: GuardarCientos de personas tomaron ayer las calles del centro de la ciudad para hacer constar su protesta contra la reforma laboral. Al grito de «¡Zapatero dimisión!», más de 2.000 jerezanos partieron de la plaza del Arenal, encabezados por los representantes sindicales. Era el «broche de oro» a una larga jornada, como se encargó de recordar el secretario local de CC OO, José Manuel Trillo.
Colectivos políticos, económicos y sociales, además de los sindicales, se dieron cita en la movilización, aunque los protagonistas fueron lógicamente los responsables de los sindicatos y las personas que mostraron su rechazo a la política del Gobierno central. La presencia de numeroso público y banderas rojas fueron la nota dominante en Jerez, como en el resto de las localidades españolas.
Sin exhibir ni un síntoma de cansancio después de una larga noche en vela, una jornada de tensiones y varios días de nervios, los sindicalistas se felicitaron por el «éxito» tanto de la huelga general como de la manifestación. «Se han superado ampliamente las previsiones, que eran de entre el 60 y el 70%, y se ha llegado hasta el 85% de seguimiento en Jerez», aseguró el secretario de CC OO, José Manuel Trillo.
«Broche de oro»
Según el responsable local de CC OO, la manifestación estaba resultando el «broche de oro» a todo lo sucedido durante el día. José Manuel Trillo resumió que «ha sido una huelga pacífica, donde no ha habido ni heridos ni detenidos y sólo se ha identificado a seis personas por parte de la Policía».
Precisamente, desde las filas provinciales del sindicato Manuel Ruiz criticó el «hostigamiento y la provocación en algunos casos» por parte de las fuerzas de seguridad, a pesar de lo cual «la jornada se ha saldado sin incidentes».
Detrás de los líderes sindicales, donde también estaba el responsable comarcal de UGT, Pedro Alemán, se reunía una nutrida representación de jerezanos. Personas de todas las edades e ideologías demostraban que buena parte de la sociedad está en contra de la reforma laboral y de los tijeretazos del Gobierno central.
«Si no venimos y protestamos nadie lo va a hacer por nosotros», señalaba Ismael, estudiante, entre consigna y consigna de los sindicalistas, megáfono en mano.
Contra la crisis
Su padre Rafael (parado) también estaba con él, demostrando que al igual que los trabajadores han sido solidarios con los desempleados en manifestaciones precedentes, también se da la situación inversa. De hecho, la movilización de ayer se convirtió en una protesta generalizada contra la crisis económica que vive el país y por el hecho de que «se quiera salir de la recesión a costa del que menos tiene».
Quien así se expresó fue Manuel Ruiz, secretario provincial de CC OO, que recordó que ésta es «la única salida» contra la reforma laboral que plantea el Gobierno central: entonar al unísono cientos de voces de descontento.
También resaltó Ruiz que, en cuanto a la huelga, «se ha llegado al cien por cien de seguimiento en algunos casos como el transporte», mientras que en otros sectores se ha secundado de manera desigual.
«Nos hemos visto incluso desbordados, ya que se han sobrepasado las expectativas», aseguró en la misma línea de Trillo.
«Rentabilizar» la protesta
Ahora lo que hay que hacer, a su juicio, es «rentabilizar» este éxito en contra de las políticas del Gobierno, para conseguir que retire estas políticas.
Llamó la atención la escasa presencia de responsables políticos, mientras que otros como el secretario local del PSA, Santiago Casal, o el portavoz de IU, Joaquín del Valle, sí que se dejaron ver en la protesta. Las banderas del sindicato CGT acapararon también buena parte de la marcha.
Ahora que todo está hecho, y tras una larga jornada, sólo cabe esperar si como piensan los optimistas todo esto servirá para que el Gobierno se lo piense dos veces; o nada logrará detener los recortes del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero. Los sindicatos creen que por ahora han hecho todo lo que podían y que, por tanto, la suerte está echada.