El procesado, ayer, ante el tribunal de la Audiencia. :: MIGUEL GÓMEZ
Ciudadanos

Piden ocho años de prisión para el dueño de una financiera acusado de estafar a dos clientes

El fiscal considera que intentó comprar, por debajo de su precio, la casa de una pareja con la que contrató una unificación de deudas

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Convencido de su inocencia, Francisco José S. S, un empresario de Jerez dueño de una financiera, se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Cádiz con la intención de convencer al tribunal de que él no estafó a nadie, que sólo hizo su trabajo.

El fiscal pide que se le imponga una pena de ocho años de prisión por una supuesta estafa a una pareja de Huelva ahogada por las deudas, que contrató con la empresa una reunificación de créditos en una sola letra.

Los hechos se remontan a 2006, cuando aún no se hablaba de crisis y los bancos concedían hipotecas con más flexibilidad. Como explicó ayer el empresario ante el tribunal, las supuestas víctimas de la estafa le solicitaron que reunificara una serie de créditos que eran incapaces de pagar. Este servicio financiero permite convertir varios préstamos personales -con altos intereses- en uno hipotecario -a mejor precio-.

Antes de contratar este nuevo crédito único, la pareja tenía que ponerse al día con sus acreedores y devolverles lo que les debía, por lo que la financiera negoció con ellos una 'hipoteca puente' de 21.000 euros, que con los que se cubrirían las deudas y su expediente quedaría limpio. Entonces podrían pedir una nueva hipoteca de la vivienda en la que vivían, en la que incluirían el resto de los créditos personales.

Pero tras firmar este crédito puente, algo falló: el dinero que debía la pareja (de una hipoteca y un préstamo personal) era mayor al que habían estimado: en principio «El director de la sucursal de Caja General me dijo primero que con 9.000 euros bastaría», explicó ayer el empresario. «Pero en julio, los servicios jurídicos dijeron que eran 18.000 euros», así que el crédito puente no bastaba para acabar con las deudas. La operación se enquistó y, según la Fiscalía, el empresario aprovechó para comprar la casa de la pareja, pagando 89.000 euros a la Caja General de Granada, a un precio por debajo del mercado.

«Me siento engañado»

El acusado, en cambio, trató de explicar que con la compra intentaba salvar el escollo con un nuevo mecanismo «para que la pareja no se quedase sin la casa» y el no perdiese su dinero: cancelaría la hipoteca que estaba a punto de ejecutarse, adquiría el piso y los clientes seguirían viviendo en ella de alquiler con opción a comprarla a los cinco años.

La pareja se negó a esta operación, así que la caja embargó la vivienda y ellos tuvieron que devolver a Francisco 6.000 euros usados para cubrir algunas de sus deudas.

Los clientes se sintieron «engañados». «Yo firmé un papel, pero no vi dinero y encima me pidieron más, cuando no hicieron nada», explicó ayer el marido de la pareja denunciante. Su testimonio, sin embargo, sirvió de poco para aclarar lo ocurrido, pues era su mujer quien negoció todo con el banco y la financiera. Él no recordaba prácticamente nada de lo ocurrido, sólo sabía que había perdido dinero.

Su ex pareja, en cambio, no acudió ayer al juicio. Debido a la huelga, no pudo viajar desde Huelva por falta de trenes, así que al ser un testigo fundamental, se suspendió la vista hasta el próximo 11 de octubre, cuando se le tomará testimonio.