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CURARSE EN LA MESA

Blanco y en botella frente al colesterol

Estudios científicos demuestran que los esteroles vegetales presentes en algunos alimentos y preparados lácteos ayudan a rebajar los niveles de colesterol ‘malo’

P. M.
MADRIDActualizado:

Las vacaciones, que tan bien sientan, relajan algo más que el cuerpo: los habitos de vida saludables. Son esas fechas felices en las que uno se olvida de todo, incluso de los temidos niveles de colesterol ‘malo’, el compuesto por preteínas de baja densidad.

Ya camino de casa, toca consolarse pensando que, con hacer dieta unos pocos días, revertirán todos los excesos del veraneo. Pero no es así: «Para reducir el colesterol, es aconsejable volver a la dieta mediterránea, el aliado perfecto. Hay que adoptar una alimentación sana y equilibrada, rica en fruta, verdura, pescados azules, carnes magras, legumbres, frutos secos y lácteos

bajos en grasa y, específicamente, aquellos que reducen activamente el colesterol. Además, también es importante practicar ejercicio físico de forma regular», afirma Meritxel Gómez, experta del Programa NUSA de Nutrición y Salud.

En definitiva, habrá de empezarse por disminuir de la dieta el contenido de colesterol, ácidos grasos saturados, grasas trans y lípidos totales e incrementar el consumo de carbohidratos complejos y fibra. Además, es preciso ponerse ya manos a la obra, porque el colesterol es uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de enfermedades del corazón y supone la causa principal de muerte por accidentes cardiovasculares en los países desarrollados.

Una eficaz ayuda para reducir el c- LDL, el colesterol ‘malo’ son los esteroles vegetales, unos componentes naturales de las células vegetales cuyo consumo tiene una acción hipocolesterolemiante. Esta propiedad se basa en una disminución de la absorción intestinal del colesterol exógeno de origen alimentario que se haya podido ingerir, así como del colesterol endógeno de origen biliar.

¿Dónde se encuentran estos esteroles? Los alimentos más ricos en estas moléculas son el salvado de arroz, el aceite de maíz, de girasol o soja, algunas semillas y frutos secos como el sésamo, los anacardos o los cacahuetes y los cereales. Por el contrario, las frutas y las verduras, tan saludables siempre, aportan al organismo cantidades más pequeñas de esteroles. Los higos son los más ricos en éstos, seguidos de la remolacha, la naranja y los espárragos.

Alimentos funcionales

Si se alcanza un consumo de 0,8 gramos al día de esteroles, el efecto hipercolesterolemiante se considera clínicamente significativo. Soluciones bebibles como algunos preparados lácteos sin azúcares añadidos, aptas por lo tanto para diabéticos, pueden ayudar a lograr esta ingesta aun cuando los hábitos de vida actuales no lo pongan demasiado fácil.

Estas soluciones bebibles no son otra cosa que un tipo de alimento funcional, es decir, aquel al que se le añaden ciertos componente naturales que ayudan a mantener y mejorar la salud de nuestro organismo. Así, del mismo modo en que los productos ricos en isoflavonas de la soja mejoran la función arterial, los enriquecidos con esteroles vegetales ayudan a rebajar el colesterol.

Se recomienda por ello tomar al menos una vez al día alguno de los preparados a base de leche fermentada con los probióticos del yogur a los que se les añade esteroles vegetales. Existen estudios clínicos que demuestran que rebajan de forma significativa los niveles de c-LDL, en torno a un 10% y sin afectar los niveles de c-HDL, el considerado colesterol ‘bueno’).