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No siempre mandan los años

Así, los trabajadores que se dedican a tareas intelectuales, como la investigación o la escritura, quizá no querrán jubilarse pese a cumplirlos 65 años porque les satisface su dedicación profesional

MADRID Actualizado: Guardar
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Si bien el gráfico detalla unas edades idóneas para cada actividad, algunas dependerán de ciertos matices y de cómo sea cada persona.

Así, los trabajadores que se dedican a tareas intelectuales, como la investigación o la escritura, quizá no querrán jubilarse pese a cumplirlos 65 años porque les satisface su dedicación profesional. Aprobar unas oposiciones en las que no se dependa estrictamente de la memoria porque sean del tipo deductivo tampoco tendrá una edad límite ligada al deterioro cognitivo.

Existen también algunas tareas cuya práctica viene bien cultivar teóricamente a ‘destiempo’, como aprender un idioma. Otras no dependen de la edad, como las prácticas sexuales más allá de los quince o dieciséis años.

Según explica el doctor Jesús Ángel Fernández-Tresguerres Hernández, director del departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense y experto que ha ayudado a confeccionar este gráfico, la Sociedad Americana de Neurología recomienda aprender un idioma a partir de los cincuenta como mecanismo para poner en marcha las neuronas, ya que se deterioran por falta de uso, como el resto del cuerpo.

A pesar de ser divino tesoro, tampoco la juventud es buena para determinadas tareas que requieren de madurez y experiencia. Por eso, para un viaje de aventura, será mejor esperar a tener los conocimientos necesarios para afrontar los problemas que vayan surgiendo, eso sí, dentro de unos límites en los que la condición física sea la idónea.