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«Fue muy gratificante empezar a descubrir esos sonidos que tenía ya olvidados»
Si estás en un ambiente donde no conoces bien a la gente o te hablan de algo que no dominas lo suficiente, acabas por hacer un gesto como de que les estás siguiendo, pero realmente estás muy lejos de allí
MADRID Actualizado: GuardarCuando padeces una pérdida de audición te acabas aislando. En una reunión con amigos, no los pierdes del todo porque entre alguna palabra suelta, los gestos y algo que lees en sus labios puedes hilvanar la conversación, pero a los demás es complicado y requiere mucho esfuerzo. Si estás en un ambiente donde no conoces bien a la gente o te hablan de algo que no dominas lo suficiente, acabas por hacer un gesto como de que les estás siguiendo, pero realmente estás muy lejos de allí.
Todo el mundo se entera siempre de lo que dices porque acabas haciéndolo en un tono muy elevado. Te das cuenta de ello cuando ves que, en determinados sitios, la gente se vuelve a mirarte.
Todo cambió al ponerme el audífono. Fue sorprendente. Me asombraba que el teclado del ordenador sonase al tocar sus teclas, porque yo creía que ahora eran insonoros, pasarme la mano por el pelo emitía un sonido… Son detalles que parecen insignificantes, pero llevaba tantos años sin escucharlos que fue muy gratificante empezar a descubrir todos esos sonidos que tenía ya olvidados.
La adaptación resultó facilísima. Desde el primer día fue muy bien todo, de hecho me lo puse y ya no me lo quité. Además, me llevé una sorpresa al ver estos audífonos tan pequeños y estéticos que ni se ven. Yo recomiendo a cualquiera que tenga un problema así que se los ponga.