«Nunca me he cogido una baja»
«Trabajo mucho, 14 horas al día, y echo en falta horas de sueño, tiempo libre y practicar más ejercicio. pero soy muy sana y disciplinada, por lo que no creo que este año y pico en el ministerio haya causado ningún estrago a mi salud»
MADRIDActualizado:–¿Trinidad Jiménez es buena paciente?
–Sí, soy buena paciente. Confío plenamente en los médicos. No se me ocurre cuestionar en ningún momento el tratamiento y soy bastante disciplinada para cumplirlo. También es verdad que hago poco uso de los servicio sanitarios, porque soy una mujer muy sana. Ja, ja...
–¿Cuál es su punto débil, el que le da más guerra?
–La garganta. Pero es una dolencia menor porque ni siquiera debo hacer uso de los servicios sanitarios cuando tengo algún tipo de afección de garganta.
–¿Recuerda la vez que estuvo más enferma?
–Afortunadamente, nunca he sufrido una enfermedad grave por la que me haya tenido que preocupar.
–¿Cuántas bajas ha cogido en su vida?
–Nunca. Bueno, una vez siendo secretaria de Estado cogí una gripe muy fuerte, y sí que tuve que estar dos días en cama. Pero por dos días no necesitas pedir la baja. Ja, ja...
–¿Los ministros acuden al médico de cabecera, como cualquier ciudadano?
–Cuando he tenido que atenderme de alguna cuestión inmediata –por ejemplo, cuando me hice un corte con un chuchillo–, he acudido a los servicios que tengo en el propio ministerio. Pero, por lo que veo en mis compañeros, sí hacemos uso de los médicos de cabecera, vamos a Urgencias o a centros de salud. Y dependiendo del lugar dónde estemos y de lo que necesitemos, podemos utilizar los servicios generales de cada ministerio.
–¿Entiende que una familia contrate un seguro médico privado?
–Cada persona es muy libre de contratar un seguro médico, puesto que la sanidad privada también es muy buena en nuestro país. Se puede hacer por diversas circunstancias, bien para tratamiento de dolencias menores, bien porque se prefiera una cobertura complementaria, ya que no todo está incluido en el sistema público. La salud bucodental, por ejemplo, no lo está.
–¿Usted lo ha hecho o lo haría?
–Nunca. No he tenido nunca un seguro privado ni he pensado en ello porque soy muy consciente –no ahora, desde siempre– de que contamos con un excelente Sistema Nacional de Salud y con excelentes profesionales dentro del sistema. Pero eso no significa que no haya personas en mi familia que lo tengan.
–La política parece una profesión de alto riesgo: alimentación desordenada, estrés, insomnio...
–Pero también hay otra mucha gente que trabaja el mismo número de horas y en condiciones mucho más duras. Expuestos al medio ambiente, por ejemplo. Sería injusta si dijera que la política es una profesión de más riesgo para la salud que otras.
–¿No ha empeorado su salud desde que es ministra? ¿el poder no desgasta?
–Procuro llevar una vida sana y muy ordenada. Trabajo mucho y echo en falta más horas de sueño, tiempo libre o practicar más ejercicio. Pero, como soy muy disciplinada, no creo que este año largo en el Ministerio haya causado ningún estrago en mi salud. Ja, ja.
–Y eso que no habrá sido fácil adaptarse a la cartera de Sanidad cuando una es experta en Derecho y relaciones internacionales...
–Varias circunstancias me facilitaron la entrada: tener una trayectoria política muy dilatada, oficio, y encontrar un equipo extraordinario de profesionales al frente del Ministerio. Ellos me han asesorado y dado continuidad a todo lo que estaba en marcha.
–Cuando el presidente Zapatero le propuso el puesto, ¿sintió vértigo?
–Siempre pienso si estaré a la altura de las exigencias y responsabilidades. Me ha pasado siempre que me han encomendado una tarea. Pero es verdad que tengo mucha vocación política y lo hago con mucha ilusión, dedicación, esfuerzo y lo mejor posible. Me anima el espíritu de servicio, aunque sé que puede sonar exagerado.
–¿Cuántas horas trabaja?
–Desde que salgo de casa hasta que regreso, suelen pasar entre 12 y 14 horas, aunque eso no significa que esté trabajando sin parar ni un minuto. A veces hago un alto para comer. Pero sí es la media de lo que trabajamos. No solo yo: mi equipo y el resto de ministros.
–¿Y cómo consigue compaginar estos días tantas ocupaciones ministeriales con su actual campaña para las primarias?
–Estirando la jornada laboral, buscando huecos... Supongo que es lo que haría cualquier persona en una situación como la mía. Pero quiero dejar claro que la responsabilidad ministerial ocupa el tiempo fundamental de mi vida.
–¿Cómo desconecta?
–Estando con mi familia, con la gente que quiero. No necesito mucho más. Me encuentro muy bien con mi vida personal y procuro hacer cosas que me gustan: pasear, leer, viajar, tumbarme en la playa...
–¿Va al gimnasio?
–No tengo tiempo. Toda mi vida he ido y ahora lo echo de menos, pero procuro hacer deporte en casa.
–¿Y cuida su alimentación?
–La cuido, pero no tanto como quisiera. Como mucho fuera de casa.
–¿Fuma?
–No, no he tomado un cigarrillo en mi vida, por lo que tampoco tiene mucho mérito no fumar.
–Alguna debilidad o vicio confesable ya tendrá...
–Todos tenemos debilidades... Pero bueno, las debilidades no se deben contar. Ja,ja. Soy una persona que llevo una vida muy sana.
–Probablemente, sea la ministra que más sonríe...
–El optimismo ayuda a mantener buen estado de salud y a afrontar los momentos difíciles. Soy optimista por naturaleza, por mi forma de ser y porque creo que soy una privilegiada en la vida. He tenido muchas oportunidades y, por tanto, he de ser agradecida: reconocer que he tenido mucha suerte.
–La depresión, sin embargo, es la plaga de este siglo. Cada vez afecta a más personas.
–Sí, supongo que existía antes pero no se detectaba con tanta facilidad. Hoy somos más conscientes de que se puede diagnosticar y tratar. También es cierto que la sociedad actual está poco preparada para enfrentarse al dolor y a la adversidad y eso hace que nos encontremos con mayor número de casos.