Ciudadanos

El penúltimo pulso de Cádiz

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Que nadie se lleve a engaño: lo que está pasando con la candidatura del PSOE en Jerez va mucho más allá de la ciudad. Pone de manifiesto que la fractura interna del partido sigue abierta. O mucho se endereza el rumbo o la historia va a acabar con vencedores y vencidos, ganadores y perdedores, cuando se supone que todos deberían estar en el mismo bando y luchar por unos mismos objetivos. Pero no es ni mucho menos así. Las heridas se han reabierto y va a costar mucho que cicatricen. El secretario provincial de los socialistas le ha echado un pulso a la dirección regional. Eso está claro, a pesar de que haya echado mano de sus innegables tablas para evitar pronunciar la palabra 'apoyo' o 'ratificación' al referirse a la propuesta de Pilar Sánchez como candidata en Jerez. No la quiere. Nunca la ha querido, de hecho. Más allá de posibles antipatías personales, lo cierto es que Francisco González Cabaña -al igual que casi todos en el PSOE- está convencido de que se pegarían un batacazo electoral en Jerez con la actual alcaldesa al frente de la lista.

Más que nada porque eso es lo que dicen las encuestas que maneja el propio partido. Y luego están, tal como se incluye en el informe que se ha elevado a la dirección regional, los frentes judiciales que tiene abiertos la jerezana, la fractura social de la ciudad, los graves problemas económicos del Ayuntamiento, los retrasos en los pagos de las nóminas de la plantilla municipal, las diferencias en el seno del gobierno local... Y, lo más importante para muchos, que los resultados en Jerez harían que se perdiese la Diputación de Cádiz. Bastantes de estos asuntos son, lógicamente, cuestionados por el otro bando, que cuestiona, incluso, que tales sondeos electorales existan, y más aún con esos vaticinios tan catastrofistas.

Cabaña le ha pasado la patata caliente a la dirección regional del PSOE. No quiere ser responsable ni que le puedan echar la culpa de lo que pase si se mantiene a Pilar Sánchez, y por eso ha venido a decirles a sus inmediato superiores que deben ser ellos los que asuman la responsabilidad. O al menos eso le ha dicho a su gente, que si dentro de ocho meses hay que señalar a alguien, que sea a los de más arriba.

También conviene tener presente que el actual presidente de la Diputación está considerado como un 'antigriñanista' dentro del propio PSOE-A, el líder de posiblemente el último bastión provincial que no 'casa' bien con el presidente de la Junta, como quedó patente ya cuando rechazó el cargo que le ofreció Griñán en marzo a cambio de que dejase el ente provincial.

Hay quien interpreta lo del pasado lunes como un nuevo pulso de Cabaña a Griñán. El penúltimo, según algunos que ya empiezan a ponerle fecha de caducidad. Porque -dicen- a buena parte de la dirección regional no le ha hecho ninguna gracia que le haya pasado la patata caliente de Jerez y puede que no se lo perdonen. Quién sabe. Su gente, sin embargo, insiste en que ha actuado como creía que tenía que hacerlo y que tiene la conciencia «muy tranquila». El tiempo, como siempre, dirá lo que sucede.