HUELGA GENERAL
Actualizado: GuardarA pesar de los peligroso que puede resultar realizar cualquier tipo de vaticinio, todo apunta a que la huelga general convocada por para el próximo miércoles acabará en fracaso considerable. Al menos en Jerez. Hay que reconocerles los esfuerzos que están haciendo tanto CC OO como UGT y otros sindicatos para informar sobre la cita y la, según ellos, conveniencia de apoyarla activamente no acudiendo ese día a trabajar, pero parece que no han conseguido que el mensaje cale en la sociedad local.
No se respira ambiente de huelga. Apenas se habla de ello en la calle. Y mucho menos en bares o los propios centros de trabajo. Las dos principales asociaciones de comerciantes de Jerez, por ejemplo, ya han anunciado que no van a secundar el paro de 24 horas. Otra cosa es lo que consigan -o no- los piquetes, que todos sabemos a estas alturas cómo pueden condicionar el éxito de una convocatoria de estas características. Porque los sindicatos ya se han encargado de avisar de que piensan 'vigilar' muy de cerca lo que pase en los establecimientos de la ciudad ese día.
Todo parece mal planteado y peor enfocado desde el principio. Muchos podrían pensar que la convocatoria es sobre todo una forma de mostrar el descontento con Zapatero. Una especie de referéndum sobre la gestión y las medidas económicas y laborales del Gobierno. Y ahí está el error. El actual es el peor momento posible para convocar una huelga general. Por la crisis, básicamente. Porque lo que menos necesita este país es, precisamente, un parón absoluto durante 24 horas. Eso, desde luego, no va a ayudar lo más mínimo a mejorar la situación. Más bien todo lo contrario. Luego nos quejaremos, que es lo que solemos hacer casi siempre. Está bien reivindicar, exigir los derechos y pelear por lo que se considera justo, pero siempre con mesura y calibrando las consecuencias. Y ahora una huelga general no toca. Lo que toca es arrimar el hombro.
Sobre el tema de la candidatura del PSOE para las municipales en Jerez, poco queda por decir que no se haya dicho ya respecto al rocambolesco proceso seguido hasta ahora. Aunque, eso sí, queda por escribir el capítulo más importante de todos: el final, cuando todo esté cerrado y se escenifique la proclamación final -en teoría el próximo domingo- con Griñán y Zapatero como maestros de ceremonia. Será el momento de que muchos actores de este culebrón -principales, secundarios, directos e indirectos- hagan examen de conciencia. De que reflexionen en profundidad sobre lo que ha pasado y sobre cómo se han hecho las cosas. Porque una cuestión ha quedado clara, y es que el partido está tan dividido que demasiadas veces pierde más tiempo en las luchas internas que en trabajar por un proyecto común. Un proyecto que, por cierto, se supone que en este debe caso debe mirar sobre todo por el bien de Jerez. Y eso, desgraciadamente, no ha sucedido. O al menos no es lo que han proyectado al exterior muchos de ellos.