«Bebía ginebra para evitar el mal aliento»
Actualizado:Empezó con el tinto, pero sus clientes se lo notaban. Entonces, en lugar de dejarlo, comenzó a darle al gin tonic: «Me sobraba el limón, la tónica, y al final hasta el hielo». Después de siete años sin probar una gota, confiesa haber recuperado todo lo perdido, como por ejemplo, la relación con sus hijos.