La quiebra del Ayuntamiento
Actualizado: GuardarEsto que escribo podría aplicarse a todos los ayuntamientos, pero a mí me importa el mío, donde nací, vivo, y me gustaría seguir viviendo. Estoy harto de escuchar al único alcalde que he conocido -30 años gobernando- que nuestro consistorio era uno de los menos endeudados de la Bahía gaditana y que por ello podíamos aumentar nuestra deuda hasta los límites legales que el Estado nos permite. No sé si esos límites se han sobrepasado, pero debemos estar cerca, muy cerca. A todo esto, el Gobierno en mayo de este año emitió un decreto donde prohibía a las entidades locales emitir nuevos créditos. Saltó la alarma y cundió el pánico, y los alcaldes del PSOE -los primeros- presionaron a la ministra de Economía para que se lo pensase mejor. Así fue. Sólo un día después de la publicación, el Gobierno dijo que se había equivocado y que la ley entraría en vigor a partir del 1 de enero de 2011. Un respiro y un margen de maniobra para los alcaldes, aunque esto provocó que se adelantaran la emisión de esos créditos, en vista de que después de la nueva fecha no se podrían. Ahora vuelven a rectificar, la ministra Salgado, mal aconsejada por nuestro «añorado» Chaves, dice que sí podrán hacerlo aquellos que no superen el 75% de la deuda viva. El Gobierno de la improvisación. No sé si los ayuntamientos podrán quebrar como lo hace una empresa o una familia. Las entidades financieras siempre han dado créditos a los municipios porque suponen que nunca quebrarán, que al final, alguien cubrirá la deuda: el Estado, o como en Grecia la UE o el FMI. Y si hay quiebra, siempre están los contribuyentes ciudadanos que pagarán el estropicio. Según esto, el Estado es avalista moral y por lo tanto debería impedir el excesivo endeudamiento. Los puertorrealeños deberíamos conocer realmente la deuda viva de nuestro Ayuntamiento y el señor Barroso estaría en la obligación de explicar claramente el montante total. Por lo menos antes de votar a la nueva alcaldesa o alcalde. Ya que si el Ayuntamiento quiebra, pagaremos los de siempre: los contribuyentes. Pero sinceramente no creo que lo haga, no lo ha hecho en treinta años, no lo va a hacer ahora que tiene el silencio impuesto por ese oscuro pacto que tiene con el PSOE. Un pacto que se nos prometió como un avance para el pueblo y que el único progreso que han conseguido ha sido el personal.