La poesía como lenguaje propio

Mujer y poeta fieramente humana. Carmen Moreno, joven escritora cuya exégesis literaria no precisamente recae en un malditismo circundante ni en un enred de incomprensiones -porque es la suya aquella prosa poética capaz de enhebrar experiencia moral e indulgencia emocional- presentó el pasado viernes y en la librería Hojas de Bohemia, su libro 'Cuando Dios se equivoca', un texto descarnado, un texto desangrado, un texto desgarrado. Ejercieron de maestros de ceremonias los poetas Álvaro Quintero, el responsable de la editorial EH editores, y Dolors Alberola. Carmen Moreno intervino desnudándose de privacidad para exponer, a ojos vista y a manos llenas, la férula de su verdad: diez años de anorexia nerviosa como iracundo holocausto que irremediablemente la desconectó de la realidad. Hasta que se aferró a la escritura como lenitivo y como lenguaje propio. Como un tecleo de luz para derrocar la sombra: "Escribo para respirarme / este asma que me agarra los pulmones / las palabras son una forma / de transmutarme cualquier muerte". Estuvieron presentes poetas, como por ejemplo, Mari Carmen Sáiz Neupaver, Rosario Troncoso, Chencho Ríos o Domingo F. Faílde