Rajoy llena en Antequera
«La gente quiere cambio», reclama en un acto multitudinario en la cuna de la autonomía andaluzaEl líder del PP propone una «gran poda a la administración» para bajar el déficit, mientras Arenas anuncia que también irá a Melilla
MÁLAGA.Actualizado:«Antequera será desde hoy centro del cambio en Andalucía». Mariano Rajoy aludió ayer a la centralidad geográfica de Antequera para reinvindicar el protagonismo de esta ciudad en la carrera de Javier Arenas a la Presidencia de la Junta. Lo hizo en un mitin celebrado en la plaza de toros de esta ciudad, que calificó de «acto en positivo, para hablar de esperanza y de ilusión». Puede decirse que hubo un lleno hasta la bandera, con más de 17.000 personas llegadas desde toda Andalucía, según fuentes del partido.
El día lució soledado, incluso con calor, como hicieron notar Arenas y Rajoy en sus intervenciones, que fueron cortas. No hacía falta hablar mucho. Ambos comprendieron que sobran las palabras ante el éxito de la convocatoria. La imagen de la multitud aclamándoles, incluso taurinamente -¡torero, torero!- llegaron a gritarle a Javier Arenas-, valía más que mil palabras por lo simbólico del lugar. Antequera es una ciudad emblemática para el Partido Socialista, partido que gobierna en ella desde 1983. Lo es también por su protagonismo en la autonomía andaluza, como recordó Arenas. Aquí se fraguó con un gran pacto político en 1978 que dio como resultado el actual marco autonómico.
Feudos del PSOE
La cita de Rajoy y Arenas en Antequera jalona otras de ambos en lugares simbólicos del PSOE, como Dos Hermanas, Atarfe y Alcalá de los Gazules durante los últimos meses. El interés en Antequera también radica en que es cabecera de una importante comarca agrícola de poblaciones medias que se abre a otras de Córdoba, Granada y Sevilla del mismo tipo. Todas con pocos alcaldes del PP.
En este contexto, el lleno en la plaza de toros antequerana supone un nuevo hito para el PP cara a las tres convocatorias electorales en el horizonte: las municipales, autonómicas y generales. Por ello, nada más salir al ruedo, Mariano Rajoy agarró el toro por los cuernos: «La gente quiere que se le arreglen sus problemas, quiere trabajo y quiere políticas sociales a la altura de España», subrayó para agregar que los dirigentes de su partido han recorrido Andalucía de este a oeste con una conclusión: «Hemos escuchado a la gente y la gente quiere cambio».
Mariano Rajoy, que fue interrumpido varias veces con aclamaciones de 'presidente, presidente', insistió que el PP es «un partido abierto a todos los que quieran sumarse», con una invitación a los indecisos.
A diez días de la huelga general contra la reforma laboral, Rajoy volvió a acusar al Ejecutivo de Zapatero de llevar a una «extrema situación» el paro en España. Tras deplorar la alta tasa de paro juvenil -el 42%, el doble de Europa-recordó que seis años de gestión de Rodríguez Zapatero «nos han devuelto a 1996» y al índice de paro de entonces, el 22%.
«Es lo que vamos a solucionar», añadió. Rajoy defendió que hay que controlar el gasto público, haciendo una salvedad con el destinado a sanidad, educación y pensiones. En lugar de congelar las pensiones o bajar el sueldo a los funcionarios para contener el déficit, Rajoy propuso adelgazar al sector público con «una gran poda en las administraciones públicas», algo que el líder del PP, que fue ministro de Administraciones Públicas con Aznar, cree que es «una asignatura pendiente de la democracia». «Ahora es lo que toca hacer», dijo.
Rajoy se mostró convencido de que a Zapatero «le queda poco» en La Moncloa, el mismo tiempo que a Javier Arenas «ser presidente en Andalucía». El líder del PP andaluz devolvió el cumplido con el anuncio de una reunión de la ejecutiva regional de su partido en Melilla «porque somos andaluces y españoles sin complejos».
Es un gesto que respalda la polémica visita de Rajoy a la ciudad autónoma. Arenas defendió que hay que ser amigo de Marruecos, pero antes de «los hermanos de Ceuta y Melilla».
Arenas tildó a Zapatero de 'doctor no' por «negar a Andalucía un plan de empleo», y aprovechando el mitin en un coso taurino hizo una encendida defensa de la fiesta de los toros, en la que la prohibición del toreo en Cataluña estuvo presente.