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La Virgen presidió el altar improvisado que se colocó ante un pueblo emocionado. :: A. R.
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Arcos celebra con devoción el 50 aniversario de la Amargura

Más de medio millar de personas asisten a la pontifical oficiada por el cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo, celebrada en la plaza de las Aguas

ANTONIO ROMERO
ARCOS.Actualizado:

Medio siglo de amor y entrega por parte de sus fieles. Cincuenta años siendo una de las madres protectoras de una ciudad que cada Lunes Santo se rinde a su belleza. La Virgen de la Amargura recibió ayer la medalla de oro de la ciudad a la que alumbra. Arcos le rindió este homenaje en muestra del cariño de sus vecinos.

La imagen hablaba por sí sola: un barrio de San Francisco rendido y la plaza de las Aguas y la calle Alta exornadas con los colores de España, e incluso banderas del Vaticano, recibieron a las 18.30 horas a la imagen de la Virgen que presidió la misa que se llevó a cabo al aire libre. Medio millar de personas quisieron acompañar a la Hermandad de las Tres Caídas y se concentraron en la citada plaza para asistir a la pontifical que ofició Fray Carlos Amigo Vallejo.

El cardenal recordó el inicio de la Hermandad, a punto de cumplir tres cuartos de siglo, que estuvo ligado a un grupo de jóvenes. «Tantos años después y hay que pensar dónde está ese espíritu joven y verán que sigue aquí, con su Hermandad», destacó durante su discurso. También hizo referencia a la condición franciscana de Las Tres Caídas que «tiene la obligación de hacer algo por los demás pero sin que se note que lo hace».

Una vez que concluyó la misa, a las 20.30 horas, la alcaldesa de Arcos Josefa Caro fue la encargada de colocar a la Virgen, junto al hermano mayor de las Tres Caídas, Andrés Camarena, la medalla de oro de la ciudad en su pecho. Anteriormente Camarena agradeció el gesto de la regidora que «ha sido muy receptiva y se ha hecho eco del sentir de un pueblo», destacó.

Pasadas las 20.45 horas se inició una procesión desde la plaza de las Aguas. Con la misma, la Hermandad puso fin a un intenso calendario de actividades con las que ha celebrado y festejado la onomástica de la llegada de la Virgen a la cofradía.

En procesión

La Amargura volvió a dejar bellas estampas por la Ciudad Monumental, destacando la bajada de la calle Alta y la entrada a su templo. Su belleza resulta todavía más destacable en su palio que estrenó hace unos años, cuando abandonó el lugar que ocupaba en el paso de misterio del Cristo de las Tres Caídas. La Señora de San Francisco recibió durante la procesión numerosas muestras de cariño.