AL OTRO LADO DEL RÍO
El dragado Guadalete es necesario pero oculta un mal mayor: los vecinos sólo estarán a salvo cuando sean realojadosLa Junta ha ofrecido a sus empleados de Justicia trabajar horas extra por la tarde; quizá debería haberlo hecho con parados
Actualizado:Una de las canciones más conocidas de Jorge Drexler, la que se llevó el Oscar de Hollywood por la banda sonora de 'Diarios de una motocicleta', dice algo así: «Clavo mi remo en el agua/ llevo tu remo en el mío/ creo que he visto una luz al otro lado del río». Una sensación parecida deben haber experimentado las familias que viven en la ribera del Guadalete cuando esta semana por fin comenzaban las obras de limpieza y dragado del cauce.
Las riadas de 1996 y, especialmente, la del año pasado, unido a las reclamaciones y quejas de los vecinos de la zona han surtido efecto. Tras años de retrasos no cumplidos por parte de distintas administraciones, la Junta se ha puesto manos a la obra empezando por las inmediaciones del puente de la Cartuja, donde existe una conocida venta que las pasadas navidades se llevó varias semanas bajo el agua. Es una actuación necesaria por la cual se talarán unos 700 eucaliptos que han crecido en mitad del cauce, y se procederá a la retirada de 35.000 metros cúbicos de lodos y sedimentos. Los trabajos, no cabe duda, servirán para aliviar el paso del caudal por la zona y, por tanto, minimizar posibles riadas. Pero no nos engañemos. Siendo, insisto, una iniciativa esperada y que el Gobierno andaluz hace bien en ejecutar sólo estamos ante solución parcial.
El verdadero problema de fondo, el drama de esa treintena aproximada de familias a las que el río se les mete en el salón cuando la lluvia arrecia no se solventa de esta forma. La cuestión es bien sencilla: esas casas están construidas en zona inundable y sus inquilinos sólo estarán a salvo cuando sean realojados. Nuestras autoridades lo saben porque es una de las principales conclusiones que recoge el informe realizado por técnicos de Medio Ambiente tras las inundaciones del último invierno. Y estamos ante una competencia del Ayuntamiento de Jerez, que ya ha recibido mensaje oficial, pública y extraoficialmente por parte de la Junta para que proceda a sacar a esas familias de ahí.
El balón está en tejado municipal, y la patata es bien gorda y caliente. Todos sabemos que en los tiempos que corren hay puestos de pipas que tienen más solvencia económica que el Consistorio jerezano y aquí estamos hablando de que habría que construir viviendas en el entorno del Guadalete, alejadas de la zona inundable, para proporcionar un techo a los que ahora están a merced de una posible riada. Es un proyecto costoso, pero mucho más caro le sería al Ayuntamiento que volviese a llover en el futuro como lo hizo el año pasado y tengamos que lamentar nuevamente incalculables daños materiales o algo aún más grave. Pilar Sánchez, María José García Pelayo y todo aquel que opte a sentarse en el sillón de la Alcaldía en las próximas municipales del 22 de mayo debe tenerlo muy presente.
Bodorrio
No puedo terminar mi artículo de hoy sin acordarme de Javi, un catalán del Real Madrid, socarrón, transparente, tenaz y buena persona; y de María, una jerezana escandalosamente alegre, vital, guapa por dentro y por fuera. Dentro de seis días Jerez y Barcelona estarán conectados por algo más que los aviones de Iberia o Spanair. Mi primer regalo es esta felicitación pública. Espero que seáis tan felices al menos como lo somos nosotros disfrutando de vuestra amistad. Y preparaos para el sábado. Ya, ya.