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TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

APERITIVO GADITANO PARA UNA HUELGA GENERAL

JUAN JOSÉ TÉLLEZ
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Ya son 160.954 parados. Esa es la cifra oficial del desempleo gaditano durante el pasado mes de agosto. Y el dato de septiembre no parece que vaya a suponer una caída importante del desempleo a pesar de la puesta en marcha de una reforma laboral que, a juicio de sus detractores sindicales, favorece el despido pero no las contrataciones: los diputados socialistas promulgaron esta legislación tapándose la nariz y sin demasiado entusiasmo. Los empresarios, sin embargo, piensan que el Gobierno se queda corto en las reformas emprendidas para tranquilizar a los mercados.

«Los gaditanos son los parados que menos cuestan a este país. Sólo el 31% de los 161.000 desempleados gaditanos tiene prestación social contributiva -alertó Francisco Carbonero, secretario general de CCOO de Andalucía durante la concentración que tuvo lugar en la plaza gaditana de San Juan de Dios a comienzos de mes y a la que asistieron 300 delegados sindicales-. Por todo esto, estamos ante un panorama de razones tremendas para añadir a todos los motivos que ya hay para acudir a la huelga general. Otro dato significativo es la bajada en la contratación indefinida, que se ha reducido hasta el 4% y también ha aumentado el despido. Son pruebas de que la reforma laboral del Gobierno es ineficaz». Para el responsable sindical, estos datos sólo contribuyen a lastrar la economía «porque con ellos sólo vamos a una involución permanente».

También estaba allí Manuel Pastrana, secretario general de la UGT de Andalucía, que sigue recuperándose de una reciente intervención quirúrgica en sus caderas: «El Gobierno -aseveró- ha provocado un incendio que vamos a intentar apagar con la huelga. Queremos demostrar que no se pueden incendiar los derechos de los trabajadores». Luego, marcharon hasta la sede de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz, donde entregaron un documento en el que insistían en las razones para la convocatoria de una huelga general que tendrá lugar el 29 de septiembre pero cuyo espíritu anticipará, el próximo jueves, una manifestación que volverá a recorrer las calles de Cádiz. Para ello, se están fletando autobuses desde todos los puntos de la provincia, desde Trebujena hasta Algeciras.

¿Qué es lo que se reclama con esta huelga que ahora se llega a calificar como póstuma desde los mismos sectores que antes de la reforma laboral se animaba a una mayor contundencia sindical ante la crisis económica? Pues, a grandes rasgos, la reducción del déficit público mediante el incremento de los ingresos y no con la reducción del gasto, la retirada de la reforma laboral, la defensa de la negociación colectiva, el mantenimiento del sistema público de pensiones y una nueva política fiscal contra el fraude.

Tras la asamblea de Cádiz, se celebró otra en el Campo de Gibraltar y diversas acciones en diversos puntos de la provincia, desde Jerez a la Sierra, al margen de asambleas celebradas en centros de trabajo, sociales y educativos. Teresa Pérez del Río, catedrática de Derecho del Trabajo y de Seguridad Social de la Universidad de Cádiz, ha llegado a calificar la reforma laboral como un ataque a la negociación colectiva, lo que significaría una clara vulneración al principio de libertad sindical contemplado en la Constitución. Los sindicatos necesitan que la huelga sea un éxito para intentar que el Gobierno modifique su deriva y no prosperen nuevos recortes que ya se atisban en el horizonte mientras la ciudadanía parece resignada a que prosigan los tijeretazos y no muestra demasiada confianza en el sistema.

«Hay que demostrar que esta huelga no es resultado de un cabreo puntual de los sindicatos y todos los entienden cuando se les explica, tal y como hemos comprobado en las asambleas que ya hemos celebrado, que todo esto tiene mucho más calado de lo que piensan», reflexiona Manuel Ruiz, secretario general de CCOO por Cádiz.

Antes de la manifestación del jueves, el próximo miércoles, en la Sala Chicharreros de Sevilla, se procederá a la presentación pública de un documento firmado por numerosos intelectuales en apoyo a los sindicatos andaluces. Entre los firmantes, figuran varios gaditanos, como los escritores José Manuel Caballero Bonald, Eduardo Mendicutti o Jesús Fernández Palacios. Y su texto no deja lugar a dudas sobre su visión del caso: «Los sindicatos -afirman- tienen razón cuando afirman que esta reforma no servirá para crear empleo, aumentará los contratos temporales, facilitará y abaratará el despido, reforzará el poder de los empresarios a la hora de fijar unilateralmente las condiciones de trabajo, privatizará la gestión del desempleo y debilitará las negociaciones colectivas y el papel de las organizaciones sindicales».

«Hemos asistido a una farsa en la que, entre aparentes discusiones, abstenciones y críticas, el Gobierno ha firmado un pacto con la derecha y los empresarios para imponer medidas de orientación neoliberal», aseguran. Sin embargo, tampoco olvidan que la crisis económica «depende de una crisis más amplia, política y cultural, que está negando la autoridad de los gobiernos y sometiendo la vida cotidiana a los códigos de la soledad, la desigualdad y la renuncia a la solidaridad».