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El Papa saluda a un grupo de jóvenes a las puertas de la catedral de Westminster. :: REUTERS
MUNDO

El Papa muestra su vergüenza por los abusos a niños

Benedicto XVI se reúne con víctimas de los sacerdotes para expresarles su profundo pesar por «delitos indescriptibles»

Í. GURRUCHAGA CORRESPONSAL
LONDRES.Actualizado:

Benedicto XVI manifestó ayer su pesar por los abusos sexuales a niños cometidos por sacerdotes de la Iglesia católica. En el curso de la homilía en una misa celebrada en Westminster, en el centro de Londres, durante la penúltima jornada de su visita de cuatro días a Reino Unido, el Papa basó su prédica en la imagen del Cristo crucificado que preside la catedral e invocó su martirio para recordar a quienes sufren persecución por sus creencias cristianas y a los ancianos, los enfermos o los inválidos.

«Pienso aquí también» -dijo el Sumo Pontífice- «en el inmenso sacrificio causado por el abuso de niños dentro de la Iglesia y por sus ministros. Expreso sobre todo mi profundo pesar por las víctimas inocentes de estos delitos indescriptibles junto a mi esperanza de que el poder de la Iglesia, su sacrificio de reconciliación, traiga profunda curación y paz a sus vidas».

Y añadió: «También reconozco, con vosotros, la vergüenza y humillación que todos nosotros hemos sufrido por esos pecados y os invito a ofrecerlas al Señor con la confianza de que este escarmiento contribuirá a la curación de las víctimas... Expreso también mi gratitud a los esfuerzos que se hacen para tratar este problema responsablemente y os pido a todos que mostréis vuestra preocupación por los afectados y solidaridad con vuestros sacerdotes».

El Santo Padre se reunió con cinco víctimas británicas -tres de la región de Yorkshire, una de Londres y otra de Escocia- con quienes departió durante algo más de media hora en la sede de la nunciatura vaticana en Londres, en el barrio de Wimbledon, donde reside durante su estancia.

La manifestación de pena por parte del Obispo de Roma se dirigía así a uno de los asuntos que más polémica ha creado en Reino Unido con motivo de su visita. Minutos después de la misa, una manifestación de unas 10.000 personas recorrió el centro de Londres para protestar contra su visita.

Sospecha

Pero estos actos en la calle, aunque han salpicado el itinerario, no miden el impacto que ha tenido en la sociedad británica la saga de revelaciones sobre el abuso de niños por parte de sacerdotes católicos y por la actitud de la Iglesia ante estas denuncias.

La más notoria de esas revelaciones ocurrió en Irlanda, donde se desveló el sistemático y brutal abuso sexual de niños acogidos en hospicios católicos, la actitud de la Iglesia ante los autores, trasladados a otros puestos o tratados intramuros, y la complicidad de las autoridades del Estado confesional irlandés para no investigar o publicitar lo descubierto.

En Reino Unido, la Iglesia ha fomentado la adopción de acuerdos confidenciales para evitar que los denunciantes acudan a los tribunales, que han condenado a pagos que la Asociación de Abogados de Abuso de Niños considera injustos, pues las mayores cantidades han ido a parar a las víctimas más ricas, por incluir la evaluación de las pérdidas de ganancias como consecuencia de los trastornos sufridos.

En agosto, abogados de la Iglesia perdieron un caso en el que alegaban que una víctima no podía plantear una demanda civil de unos 5,5 millones de euros ante los tribunales, que sentenciaron en primera instancia que sí puede hacerlo.

Quien fuera cardenal primado de Westminster, el cardenal Cormac Murphy-O'Connor, ha sido criticado con fiereza al descubrirse que trasladó a otra diócesis a un sacerdote que había cometido abusos y que volvió a llevarlos a cabo en su nuevo destino.

Y la BBC prologó la visita de Benedicto XVI con un documental de su programa estelar de periodismo de investigación -'Panorama'-, en el que, con el título '¿Qué sabía el Papa sobre el abuso en la Iglesia?', se analizaba su respuesta cuando era, como cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, y su reacción, más abierta, tras su elección como Sumo Pontífice.

Su última jornada en Reino Unido vivirá hoy el momento culminante de su visita, la beatificación de John Newman, en Birmingham, pero las primeras reacciones a su homilía de ayer confirman que en una sociedad acostumbrada al matrimonio de sus sacerdotes, el celibato católico y el abuso sexual de niños crean un sentimiento generalizado de sospecha.