Jerez

Una apuesta sin riesgos

Cartel, imagen del Vía-Crucis y pregonero han satisfecho las expectativas creadas en el último año de legislatura de NateraEl Consejo ha buscado valores consolidados en sus últimas designaciones

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Eran las últimas grandes decisiones del Consejo de Manuel Muñoz Natera, si damos por supuesto que la Carrera Oficial no se moverá este año, y las designaciones han sido apuestas consolidadas que aseguran el éxito del máximo organismo cofrade de la ciudad. En un plazo de tres días, el Consejo ha descubierto, eso sí, con cuentagotas, los tres nombres que todos los cofrades esperan por septiembre, los que marcarán la próxima Cuaresma. Tres nombres liderados por el del pregonero, que quiera o no, se convierte desde hoy en un referente cofrade para el resto, y en una de las personas más solicitadas del curso que acaba de comenzar.

Pregonero, cartelista de la Semana Santa e imagen titular del acto piadoso por excelencia de la Cuaresma, el Vía-Crucis de la Unión de Hermandades. Tres nombres por tanto, y esta vez no ha habido sorpresas mayúsculas, salvo en el caso del cartelista. Y es que por mucho que el presidente afirmara en la rueda de prensa que esa decisión se había comunicado hace cuatro años, el hecho de que José Manuel Reyes repita el cartel de la Semana Santa cinco años después de hacer el anterior ha levantado cierta polémica, no por la calidad del artista, contrastada y solvente, sino por la idoneidad del nombramiento cuando hay muchos pintores jerezanos esperando para hacer el máximo encargo que se puede recibir a nivel pictórico en la ciudad.

Sin embargo, la valía artística de José Manuel Reyes despeja cualquier duda que se pueda tener con su nombramiento, ya que su cartel de la Semana Santa es el más valorado de los realizados hasta la fecha, y el pintor donará sus emolumentos a obras sociales. Será, por tanto, una nueva oportunidad de disfrutar de su pintura, de su religiosidad marcada a pinceladas, de su trayectoria, de su sensibilidad y de su particular manera de entender el mundo de la Semana Santa, tan ligada a él, ya que es hermano del Santo Crucifijo.

Por otro lado, José Antonio Zarzana se subirá el 10 de abril del año que viene a un atril que es suyo por derecho propio desde que presentara al padre Jesús Fernández de la Puebla Viso en el pregón que el mercedario ofreció meses antes de fallecer. Suyo por la pasión que puso en aquella presentación, por los nervios contenidos que consiguió dominar al hacerlo, por la jerezanía que destiló en cada letra de su disertación. Suyo porque hace 30 años lo fue de su padre, y suyo porque a un cofrade tan grande como José Antonio González de la Peña sólo podía sucederle en el Villamarta otro de igual altura. Y José Antonio, sin duda, lo es.

Así que tendremos un pregón diferente, pero esperado. Un pregón que muchos aseguran que puede cambiar la historia de la pregonería en la ciudad, tan ligada a la estética de Zarzana, De Mora, Moure o Gallardo, que apenas ha dejado hueco para otros pregones maravillosos pero quizá más reflexivos. Si el de Andrés Cañadas supuso la entrada en el mundo audiovisual, así como el análisis de todos los sustratos que componen la Semana Santa, el de Zarzana hijo puede ser el pregón satírico, el de los tontos de capirote, el de saber reírnos de nosotros mismos. Puede ser un gran pregón, y por eso, su nombre estaba en todas las quinielas. Y acertamos.

Y la última designación, la del Santísimo Cristo de la Esperanza, debe servir para darnos cuenta que la cofradía de la Vera-Cruz sigue viva tras cuatro años de letargo. Esa sería la mejor noticia de todas, porque el Cristo es sin duda uno de los mejores de Jerez, y porque la cofradía tiene experiencia a la hora de organizar actividades de este tipo. Así que será, una buena piedra de toque para saber el estado real de la corporación.

Tres decisiones por tanto las que ha tomado el Consejo, y poco riesgo. Tres certezas de que esta Cuaresma será una balsa de aceite en la sede de la calle Curtidores, esperando quizá las próximas elecciones que están a la vuelta de la esquina... Y ahí sí que habrá mucho que discutir.