Primeros destellos

La maquina azulina comienza a engrasarse, a adquirir ritmo y a funcionar de la manera y forma que quiere un Javi López que ayer disfrutó con los mejores minutos que hasta ahora ha realizado el Xerez. Esos primeros destellos llegaron en una segunda parte realmente buena en la que el Deportivo controló el partido, tuvo la posesión de la bola y presionó hasta asfixiar a un Córdoba que acabó pitado por su propia afición. Especialmente brillante fueron los segundos 45 minutos de un Pablo Redondo que ofreció dos caras bien distintas ya que tras un inicio nefasto sentenció el partido con una bonita jugada.

Algo parecido le sucedió a un Xerez que le costó mucho arrancar. El Deportivo volvió a iniciar el partido con dos rivales sobre el terreno de juego: el Córdoba y el balón. A pesar de la entrada de inicio de Miguel Ángel Cordero a los azulinos les costaba demasiado cruzar el centro del campo con el esférico medianamente controlado. La tímida presión de los hombres de Lucas Alcaraz en la zona ancha bastaba y valía para que los xerecistas sufrieran para acercarse a la portería que defendía Raúl Navas.

Estas dificultades hacían que la posesión la monopolizara un Córdoba que no llegaba a morder a pesar de que trataban de llevar la bola con velocidad al campo del Xerez. De hecho, el peligro llegaba al área xerecista por errores individuales de los hombres de Javi López. El primero de ellos llegó antes de superara el segundo minuto cuando Lombán se confió ante la presión de Pepe Díaz y tuvo que derribarlo –ganándose la correspondiente cartulina amarilla– para evitar que el delantero del Córdoba se plantara mano a mano contra Lledó. Precisamente el portero azulino fue el siguiente en la lista de cantadas, pues el sevillano se comió una falta lateral de Jonathan Sesma que, por suerte, no encontró rematador en el segundo palo.

Esa falta de pegada de los cordobesistas era la que daba tranquilidad a un Xerez que sólo creó peligro durante la primera parte en las jugadas a balón parado. Lo mejor de los azulinos fue su efectividad, pues tuvieron dos y marcaron en una. La primera ocasión llegó de un saque de esquina sacado por Capi desde la banda derecha del ataque xerecista. El centro recorrió casi todo el área y fue tímidamente rematado por un Pablo Redondo que hasta ese momento no había aportado nada positivo para el equipo. Pero Pablo tuvo cinco minutos mágicos, pues en el siguiente saque de esquina le puso la bola en la cabeza a un Vicente Moreno que, de impecable testarazo, logró adelantar a los azulinos.

En la segunda parte llegó lo mejor de la temporada: un Xerez que jugó con criterio y presionó a la perfección a un Córdoba que apenas hizo daño. En cambio, Raúl Navas tuvo trabajo extra, pues todas las ocasiones de peligro llegaban en su portería. A los azulinos les costó matar el partido, pero cuando sellaron el duelo lo hicieron con un tanto precioso que eliminó dudas y devolvió la ilusión a una afición azulina que vuelve a tener fe.