'THROUGH THE LOOKING-GLASS'
La realidad puede no ser lo que vemos a este lado del espejo, sino la que está al otro, la que justamente no vemos o no nos dejan ver. Así que sólo somos capaces de ver una cara de la Luna, aunque intuimos que toda cara tiene su cruz
Actualizado:Tengo casi la seguridad de que la vista es, de los cinco sentidos el más inconsistente y endeble de todos. El más vulnerable y fácilmente manipulable, desde luego. Piensen. Lo que huele mal, huele mal y es imposible disimularlo por mucho que lo enmascaremos con perfumes y ambientadores, de la misma manera que somos incapaces de tragar lo que tiene mal sabor, o de acariciar aquello que es desagradable al tacto. A veces, algo suena mal, o simplemente raro, y ya desconfiamos de lo que nos cuentan, o no le prestamos oído. Pero la vista. ¡ay! la vista, que frágil es todo aquello que nos entra por los ojos, que fácil es caer en una ilusión óptica. Y eso que en esta parte de la Historia que nos ha tocado vivir, todavía nos dicen que una imagen vale más que mil palabras. Tan sencillo es hacernos ver lo blanco negro, que llevamos siglos poniéndolo en práctica, desde Platón y sus muñecos en la Caverna hasta hoy. Ya lo decía Calderón, que en estas cuestiones nada es verdad ni es mentira, «todo depende del color del cristal con que se mira». Pues sí. Que lo de ver la botella medio vacía o medio llena no tiene que ver con el estado de ánimo, sino que con quien nos enseñe la botella. Todo, absolutamente todo, lo vemos a través de un filtro, como la foto de Obama y Mubarak.
Por eso, más que 'Alicia en el País de las Maravillas' -de fácil y más que recomendable lectura gaditana- me interesa la segunda parte escrita por Carroll, 'Trought the Looking Glass and what Alice found there', que traducido resulta algo así como Alicia a través del espejo -bueno, no es exactamente así, pero valdría-. Y precisamente me interesa porque nos muestra cómo la realidad puede no ser lo que vemos a este lado del espejo, sino la que está al otro lado, la que justamente no vemos, o no nos dejan ver. Así, que instalados en esta orilla, sólo somos capaces de ver una cara de la Luna, aunque intuimos que toda cara tiene su cruz. En fin. Que Marta Meléndez dijo que se iba a recorrer la ciudad barrio a barrio, y parece -digo parece- que lo está haciendo, porque esta semana la hemos visto señalando los desperfectos en el barrio de Astilleros. A buenas horas, «porque has visto, has creído» que le dijeron al santo incrédulo, como si los vecinos no llevaran demasiado tiempo denunciándolo. Ni con unas gafas de aumento, como las de 'Mr. Magoo' se habían dado cuenta los de la oposición. Total, cosas más raras se han visto y se han oído. Como las declaraciones del flamante presidente del Cádiz, que sí que ve la botella no sólo medio llena, sino rebosando, cuando habla con orgullo de la historia del club, con orgullo de la afición, con orgullo de las maravillosas instalaciones. ¿y del equipo? ¿nadie habla del equipo?
Nuevos monumentos
Esta semana cerraba el plazo para presentar los proyectos que competirán por convertirse «en símbolo fortalecedor de los lazos de unión que España, a través de Cádiz y de su Constitución Bicentenaria mantiene con el resto del mundo: muy especialmente con los países iberoamericanos», que traducido resulta como lo de Alicia a través del espejo, el monumento al Bicentenario. Sólo veintiún proyectos se habían recogido el último día, uno más de los que participaron en la fallida intentona de 2007, cuando sólo se pedía un monumento para colocarlo en el sitio de Moret, en la plaza de Sevilla, allí donde la Aduana tenía los días contados. Y no hace falta que les recuerde que ni uno sólo de los proyectos mereció el aplauso unánime del colegio de Arquitectos y la Academia de Bellas Artes, porque como ya indicó uno de los miembros del jurado «el nivel de los presentados no era para darle el primer premio de ninguna manera». Sí se adjudicaron dos premios, pero ¿quién se acuerda ya? En este segundo intento -espero que no haya una tercera para la vencida- , tres años más tarde, parece que el concurso no encandila demasiado a los artistas, tal vez por lo complicado que resulta materializar lo que se propone en las bases «por un lado la reordenación de todo ese frente» «y por otro, el diseño del monumento o hito» que además de recordar lo del Bicentenario, tiene que hacer alusión «al esfuerzo» que está haciendo Cádiz para la celebración, de una manera concreta, «perceptible con los sentidos», aunque no especifica con cuál de ellos. O tal vez por lo poco atractiva que resulta la cantidad asignada para el ganador. No lo olvidemos, una propuesta de intervención urbanística y arquitectónica que vaya desde la plaza de España a la de Sevilla, teniendo en cuenta el muelle, la estación, la plaza de San Juan de Dios, Canalejas y la Avenida del Puerto, «que sirva de acogida al visitante», con un monumento aislado -el hito- en un sitio estratégico, que no cueste más de trescientos mil euros. y todo por un premio de veinte mil euros, o de cinco mil si se queda entre los cuatro primeros. No sé, no sé. Ojalá me equivoque, pero con esas cantidades, más rentable sale participar en 'Las Joyas de la Corona', y ganar como Azahara Cordero, o en 'Gran Hermano', que ese sí que es el ojo que todo lo ve. a través del espejo.