San Fernando revive el nacimiento de la Democracia con la presencia de Reyes
ISABEL LAGUNA | EFE Actualizado: GuardarUn centenar de diputados elegidos en el caos de una España ocupada por los franceses asentaron, el 24 de septiembre de 1810 en un teatro de San Fernando (Cádiz), las bases de la Democracia, un hito que el viernes será revivido en su escenario en una ceremonia presidida por los Reyes.
Para recordar el bicentenario de la primera reunión de las Cortes Generales y Extraordinarias de la Isla de León, convocadas por la Regencia mientras el rey Fernando VII estaba preso en Francia, parlamentarios actuales reproducirán ese día paso a paso en San Fernando aquella jornada en la que fueron proclamadas la soberanía nacional y la división de poderes.
"Yo creo que coló porque muchos no se enteraron bien" cuenta, en una entrevista con EFE, el historiador José María León, que considera que aquella reunión de cortes era "un melón por calar" que un grupo de diputados liberales "pequeño, pero con las ideas muy claras" utilizó, aprovechando la confusión, para extender sus ideas.
Aquella primera jornada marcó un antes y un después en la historia política, una evolución que proseguiría meses después con la proclamación de la Libertad de Imprenta y que en 1812 concluiría con la aprobación en Cádiz de la primera constitución española, un texto que fue también una referencia para los incipientes procesos de independencia en Iberoamérica.
Los protagonistas fueron los 102 o 104 diputados (una cifra que no se ha logrado concretar) y que desde semanas antes habían llegado a Cádiz y San Fernando, los únicos territorios libres de la ocupación del ejército napoleónico.
Para evitar encontrarse con las tropas napoleónicas, la mayoría de aquellos diputados llegaron por mar, en unos viajes en los que algunos afrontaron ataques de corsarios, temporales y otras calamidades, tanto los de la Península como, en mucha mayor medida, aquellos que representaban a las colonias americanas y de los que sólo uno, el puertorriqueño Ramón Power, logró llegar a tiempo a la sesión inaugural.
El miedo al contagio de la endémica epidemia de fiebre amarilla que azotaba Cádiz hizo que tanto la Regencia como las Cortes se instalaran en la vecina Isla de León, una villa de apenas 10.000 habitantes y que ya había sumado a su población los cerca de 9.000 hombres del duque de Alburquerque, además de unos 4.000 soldados ingleses y más de mil portugueses.
"Fue una ciudad abastecida porque los franceses no controlaban el mar, no faltó de nada, no se pasó hambre, el único problema eran los alojamientos", cuenta José María León.
Entre los diputados que estuvieron en la primera sesión de las cortes había de todo, nobles, clérigos, burgueses y humildes. Algunos con una posición que únicamente les hizo protestar porque no disponían de pienso para sus veinte caballos y otros con una situación en la que "varios días les faltaría el preciso alimento" y no tenían "aún para alumbrarse", según recogía una crónica del momento.
Y así aguardaron que llegara el día de la convocatoria de cortes. "Cuentan las crónicas que la ciudad se engalanó y los ciudadanos salieron a la calle", explica a EFE el actual alcalde de San Fernando, Manuel María de Bernardo.
En una carta enviada a su país, Power hablaba de "aquel día feliz, memorable en el que el pueblo español se ve en posesión de todos sus derechos" y describía el "entusiasmo patriótico" en "los corazones de todos los españoles de ambos mundos".
Todos los diputados se reunieron por primera vez a las nueve de la mañana de aquel 24 de septiembre en el Ayuntamiento y minutos más tarde partieron por la calle Real hasta la iglesia mayor de San Pedro y San Pablo en "un sencillo desfile de un centenar de hombres vestidos de negro, jóvenes unos, viejos otros", según relataba en sus Episodios Nacionales, Benito Pérez Galdós.
Allí prestaron juramento con una fórmula que reconocía como única la "santa religión católica" y con la que prometían conservar la integridad de la "nación española" y "no omitir medio para liberarla de sus injustos opresores".
Después se dirigieron a un cercano edificio que hasta entonces había sido la Casa de Comedias, que fue adaptada para albergar el hemiciclo y que ahora, con el nombre de Real Teatro de las Cortes, se prepara para recibir la solemne conmemoración que presidirán Don Juan Carlos y Doña Sofía.
En ese edificio comenzaron los debates, en una sesión que duraría hasta las once de la noche y en la que enseguida tomó la palabra el diputado extremeño Diego Muñoz Torrero, un clérigo liberal que en un discurso de apenas quince minutos, según José María León, planteó la soberanía nacional y la división de poderes.
"Todos rompieron a aplaudir, no hubo un voto en contra", asegura el historiador sobre aquellos decretos que no causaron ningún trastorno hasta que, por la noche, el presidente de la Regencia, el obispo de Orense, se negó a acatarlos y fue detenido.
En San Fernando, donde las cortes estuvieron hasta el 20 de febrero del 1811, los diputados trabajaron incesantemente en unas sesiones abiertas al público, aunque tenían prohibida la entrada de mujeres.
Fue el inicio del parlamentarismo y del concepto de ciudadano, un momento en el que España "se convirtió en un referente para muchos países de Iberoamérica y Europa" y en el que Cádiz y San Fernando fueron banderas de "la libertad", según destaca a EFE Gabriel Almagro, gerente del Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario.