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Editorial

Prueba democrática

ETA y la izquierda 'abertzale' deben desarmarse y asumir sus responsabilidades

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La detención de nueve personas como supuestos integrantes de la dirección de Ekin, la estructura que permitiría a ETA acceder al control de las diversas organizaciones de la izquierda 'abertzale', no sólo confirma que el Estado de derecho se mantiene incólume ante el anuncio de que la banda terrorista había decidido suspender sus «acciones ofensivas». Constituye además una prueba de fuerza para el pulso que al parecer mantendrían el núcleo terrorista y los restos de Batasuna. Las manifestaciones del ministro Rubalcaba, señalando que la operación dirigida por el juez Grande Marlaska «merma la capacidad de ETA para dirigir la izquierda 'abertzale'», no son precisamente inocentes. Vienen a constatar que, como es lógico, la actuación de la Justicia y de los cuerpos policiales seguirá persiguiendo el desmantelamiento de las secciones más peligrosas de la trama etarra, dejando el campo más libre a los precursores de un paulatino adiós a las armas. Los portavoces de la izquierda 'abertzale' salieron al paso calificando las detenciones de los presuntos dirigentes de Ekin como acto de «sabotaje a la nueva fase política», que pretenderían inaugurar gracias al incierto y limitado cese de actividades que mantendría ETA. Siguiendo con su jerga, la operación de ayer pone a prueba el carácter «unilateral» que tanto la banda como sobre todo la izquierda 'abertzale' querrían dar a la decisión supuestamente adoptada hace ya meses. La «unilateralidad» preconizada trata de revestir de generosidad tan inquietante suspensión de «acciones armadas ofensivas». Aunque acto seguido la izquierda 'abertzale' se dirija al Estado para exigirle reciprocidad; es decir, para dejar patente que su objetivo inmediato es dar paso a un proceso bilateral de concesiones mutuas en las que la trama terrorista pueda sentarse en pie de igualdad con los representantes del Estado constitucional. A la Audiencia Nacional corresponde valorar la carga probatoria que encierran el testimonio de los detenidos ayer y el resultado de los registros llevados a cabo. Pero la gran prueba es a la que el Estado somete a ETA y a la izquierda 'abertzale' para que demuestren fehacientemente su voluntad de recapacitar y renunciar al terror aceptando la depuración de las responsabilidades contraídas en la reiterada comisión de graves delitos.