Los policías exigen al alcalde de Conil que cese al edil de Urbanismo

Las peticiones para que el concejal de Urbanismo de Conil, Francisco Alba, dimita de sus funciones tras haber sido denunciado por un delito de conducción bajo los efectos del alcohol y causar un accidente, se acumulan en la mesa del alcalde de la localidad, Antonio Roldán (IU). La publicación por LA VOZ del contenido del atestado policial elaborado por la Policía Local tras el accidente, en el que arrojó una tasa de alcoholemia tres veces superior al límite legal, no ha hecho más que movilizar a la oposición. Ahora a esa demanda se suma el sindicato mayoritario en la jefatura municipal de Conil.

La Unión de Policías Locales de la localidad jandeña ha remitido una carta al alcalde, en donde exigen que «lleve a efecto dicho cese, pues resulta «políticamente» correcto hacerlo, si el fin en política es el de mantener unos valores que contrarresten el descrédito interesado de ciertos cargos». Los policías locales de la localidad critican con dureza a Francisco Alba, del que dicen «no ha tenido la gallardía ni la honradez de dimitir de su cargo, sino todo lo contrario».

Como el caso Neira

Se sorprenden de que continúe en el cargo y no haya sido destituido, como en otros casos similares con cargos públicos implicados en un delito contra la seguridad del tráfico de estas características. El más reciente, el del profesor Neira, en Madrid, que recuerda la misiva de la policía: «Tanto en éste, como en otros casos, los personajes imputados o condenados han rendido cuentas ante la sociedad, bien sea dimitiendo de una forma valiente y digna o cesados de sus respectivos cargos por sus mentores, todo ello en aras de la salud democrática».

Los agentes tampoco olvidan la investigación interna que abrió el propio Ayuntamiento en el seno del cuerpo policial de la ciudad, para descubrir el origen de la filtración a este medio de la imputación de Alba.

En este sentido, en la carta al alcalde se culpa al edil de «desviar la atención pública, buscando un presunto culpable, en lugar de pedir disculpas públicamente» y le achaca unas «dosis de soberbia» que, según recuerdan, «nunca fueron buenas consejeras», pues «en política no todo vale».