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fútbol | liga de campeones

Vuelve el Barça de verdad

Gana con su mejor versión, pero perdona una goleada de escándalo al Panathinaikos

P.RÍOS | BARCELONA
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El Barça inició su soñado camino a Wembley, escenario de la final de la Liga de Campeones, con un 5-1 sobre el Panathinaikos, un resultado cortísimo para la gran cantidad de ocasiones creadas por un equipo que se reencontró con su mejor versión. Incluso Messi, autor de dos goles y de un extraordinario encuentro, falló un penalti. Villa, que se estrenó como azulgrana en Europa, Pedro y Alves, completaron la cuenta. Tras las arriesgadas rotaciones y los experimentos fallidos de Pep Guardiola en la Liga ante el Hércules, el técnico azulgrana echó mano ante el Panathinaikos de su mejor once posible, con los ocho campeones del mundo más Alves, Abidal y Messi.

El Barça, con el orgullo herido, no se podía permitir otro batacazo en el Camp Nou después del doloroso 0-2 frente al conjunto alicantino y arrancó con la intensidad que se le supone, dispuesto a presentar su candidatura al título en el debut en la Liga de campeones. El vendaval inicial del Barça se tradujo en dos ocasiones de gol clarísimas en apenas cinco minutos, pero Tzorvas, el portero griego, desvió con reflejos un cabezazo de Messi tras una buena jugada de Pedro y despejó un remate a bocajarro de Xavi después de una sensacional dejada de Iniesta. Dominando, tocando el balón con paciencia a ratos, con verticalidad cuando aparecía Alves por el extremo, la superioridad azulgrana era total. Messi, Villa e Iniesta se recrearon en tres acciones que podrían haber acabado en gol. Era el Barça de siempre, pero con menos suerte en acciones puntuales, por ejemplo en la que le costó un injusto e inesperado 0-1.

En el minuto 19, en el primer acercamiento del Panathinaikos, Cissé asistió al primer toque de tacón a Govou tras un saque de portería y el francés, solo ante Valdés, cruzó con calidad. Se hizo el silencio en el Camp Nou, pero el pánico no llegó a cundir porque en la jugada siguiente Xavi envió un balón de oro a Messi en profundidad que el argentino aprovechó con un toque sutil. Como si el gol de Govou no hubiese existido, el equipo azulgrana mantuvo su estilo, acorralando al Panathinaikos en su área, esperando un 2-1 que no tardó y que fue fruto de la estrategia. Pedro templó un saque de esquina, Busquets tocó de cabeza y Villa no perdonó con oportunismo. Y antes del descanso, Messi, que acababa de estrellar un disparo en el larguero tras una extraordinaria combinación colectiva, logró el 3-1, una obra de arte tras una doble pared al primer toque con Xavi y Pedro. Pese al susto, la primera parte acabó con la sensación de que el marcador podía señalar un 6-1 como mínimo. La segunda parte tuvo la misma tónica, con un Panathinaikos rezando para no encajar una goleada de escándalo con una defensa demasiado contemplativa.

Y el Barça, incluso bajando su ritmo infernal, siguió creando ocasiones que a veces no entraron porque Villa, Pedro y Messi quisieron hacerlo demasiado bonito. El argentino incluso desperdició un penalti que él mismo provocó. Tzorvas detuvo su inocente lanzamiento. El propio Messi creó el 4-1 y el 5-1. En el 78, con un remate sin ángulo que tras tocar en los dos postes acabó en los pies de Pedro, que empujó el balón a la red. Y en el tiempo añadido, poniendo el esférico en la cabeza de Alves para que superara a Tzorvas completando la fiesta final.