La pareja sobrevive con 400 euros al mes
La pensión por discapacidad de Toni es el único sustento para ambos, que cambiaron de casa por miedo al ambiente violento
CHIPIONA. Actualizado: GuardarLa controvertida ausencia de Antonio no ha cambiado nada en Chipiona y la vida sigue igual para todos los vecinos. Para todos menos para sus familiares y amigos, que sufren las consecuencias de su desesperada situación. A la esperanza porque la suerte sonría a Toni, se suma el único consuelo: que al menos no se encuentra encarcelado. No en vano, las prisiones hondureñas presentan graves problemas de salubridad y hacinamiento.
Entretanto, en Tegucigalpa, Antonio sobrevive junto a su esposa, que se encuentra en avanzado estado de gestación. «Cuando esté de ocho meses ya no podrá volar. No le conviene con el embarazo. Y allí no es como aquí, no hay seguridad social, ellos tienen que pagar todos los gastos del hospital, desde las gasas hasta las medicinas y los médicos. Y mi hijo no tiene dinero para todo eso». Josefa Suárez, madre de Antonio, narró que nada más comenzar a notarse los primeros síntomas del embarazo, María Antolina fue fulminantemente despedida de su empleo. Antonio no puede trabajar a causa de una discapacidad psíquica que un accidente de motocicleta le dejó como secuela, hace varios años. De este modo, el único ingreso del matrimonio son los 400 euros de su pensión. Con este dinero se alimentan y pagan el alquiler de su vivienda que recientemente cambiaron por temor al ambiente de violencia que se vive en las calles de Tegucigalpa.
La muerte de su abogado
La muerte a balazos de Marco Tulio Amaya, el abogado de Antonio y de otros hondureños en el punto de mira por cuestiones políticas, asustó al chipionero y a su esposa, que decidieron cambiar de hogar. Desde Chipiona, la madre de Toni, como lo llaman en casa, insistió en que su hijo no entiende de política. «Él no hizo nada de lo que se le acusa en aquellos disturbios y si lo hizo, hay que tener en cuenta que no está bien y no sería consciente».