Civilizaciones

Samuel Huntington hablaba hace unos años del choque de civilizaciones, que es algo así como la famosa alianza de Zapatero, pero justo al contrario. Simplificando, decía que los grandes colectivos con sistemas de valores muy diferenciados están abocados a la greña entre ellos. Tampoco parece que esta idea sea tan novedosa, pues realmente al hombre siempre le ha sido fácil buscar razones para la pelea. Por ejemplo, ahora resulta que un pirómano estadounidense quería quemar coranes, lo que ha provocado la ira de no pocos musulmanes. La advertencia de que los occidentales tengan cuidado ha sido inmediata. Afortunadamente Obama y su equipo trataron de apagar el incendio antes de que sucediera, pero se trataría de que, desde la otra orilla, sus dirigentes hicieran lo propio, pues, con lo que ya ha pasado, muchos se creen que ya tienen justificación para utilizar no sólo cerillas, sino otros elementos más contundentes. Vamos, que vendría muy bien que Ahmadineyad, Gadafi y compañía quitaran hierro al asunto y tranquilizaran a los suyos. Lo que pasa es que igual soy muy inocente.