El Hércules enmudece al Camp Nou
Lastrado por la pretemporada y el 'virus FIFA', el Barça sufrió un batacazo en el que el paraguayo Valdéz brilló con dos goles Lección de táctica del técnico 'Boquerón' Esteban al joven maestro Pep Guardiola
BARCELONA. Actualizado: GuardarConfirmado: el Hércules es la 'bestia negra' del Barça. Le ganó los dos partidos en su última campaña en Primera, hace casi tres lustros, lo que permitió a los de Capello arrebatar el título a los de Robson, y le dio un revolcón histórico este sábado, en plena celebración de la Diada. Una machada cimentada en un partido excelso de los alicantinos, sobre todo en defensa, en los goles del paraguayo Nelson Valdez y en el monumental atasco de los azulgrana, víctimas de los cambios, de esas giras de pretemporada tan dañinas y del 'virus' internacional que les dejó sin apenas jugadores en los últimos días.
Salvo Víctor Valdés, que en el tramo final salvó a su equipo de una derrota todavía más humillante, todos los azulgrana estuvieron muy por debajo de su nivel. Una caricatura en el Camp Nou. Es cierto que Guardiola pudo equivocarse al alinear un once sin varios titulares indiscutibles, pero tras el descanso, cuando entraron los mejores, su equipo jugó todavía peor. Estuvo lento, impreciso, ansioso, con enormes problemas para hacer circular el balón ante unos adversarios corajudos, solidarios, con dos líneas muy cerca del área que parecían muros. Y cuando los campeones se plantaron ante Calatayud, el portero se mostró segurísimo.
El Argentina-España ha pasado factura a los blaugranas. Y muy cara. Habrá polémica. Messi fue un dios menor, descolocado, sin chispa y hasta sin desparpajo. Mascherano, su ilustre compatriota, firmó un debut paupérrimo. No aportó en la construcción y pudo ver la roja por sus faltas tácticas. Se marchó tras el descanso. Y los internacionales españoles fueron una calamidad, con Villa a la cabeza. Tan ausente estuvo el 'Guaje', primero en la izquierda y luego por el centro, que los oportunistas ya recordaron a Ibrahimovic. Y eso que la Liga acaba de empezar.
Por mucho que el Hércules sea un recién ascendido al que todo campeón debería ganar sí o sí, Guardiola alimentó el debate sobre la conveniencia de las rotaciones. La temporada es larga y hay que administrar los esfuerzos pero dejar fuera de un plumazo a Alves, Xavi, Busquets, Pedro y Puyol, aunque el central estaba recién recuperado de una lesión es una locura.
Pep quiso enseñar todas las caras nuevas y a la vez proteger a algunas de sus estrellas frente a un adversario repleto de jugadores experimentados, que cerró filas y enseguida mostró que no iba a regalar nada. El planteamiento del 'Boquerón' Esteban, perfecto conocedor del Barça, resultó magistral. Prefirió esperar atrás antes que presionar a destiempo y regalar espacios letales entre líneas.
El orden, la capacidad de aguante, la extra motivación de Drenthe, pasadito de kilos pero una pesadilla constante para Adriano, la brega constante del colombiano Abel Aguilar y, sobre todo, el oficio y pegada de Valdez, un artista a la hora de meter el trasero, proteger el balón y dar tiempo a las incorporaciones, les bastaban a los alicantinos ante un Barça que amagaba pero no golpeaba.
Sin chispa
Los azulgrana ensanchaban todo lo posible el campo pero sufrieron varios lastres en el primer tiempo. El principal, la falta de Xavi en la organización. Como quedó patente también en el amistoso de Buenos Aires, el de Terrasa es insustituible. Ni Iniesta, más conductor y driblador, puede hacer su labor.
El Hércules acertó en su primera llegada, tras una acción en la que Mascherano se jugó la expulsión. Tenía una amarilla y entró a destiempo a Drenthe, quien ejecutó la falta que acabó en la red tras un despiste defensivo y un remate de Valdez.
Guardiola movió ficha en el descanso. Entraron Pedro y Xavi. Villa se colocó de '9' y todo parecía más lógico. Pero el mejor centrocampista del mundo perdió más balones que nunca, los desmarques brillaron por su ausencia y ni siquiera Pedrito estuvo incisivo. Faltaban frescura, sobre todo cuando Gomes se internó y Valdez definió con tino. Entró de inmediato Alves, paradigma esta vez de un quiero y no puedo. Batacazo de los cules, que acumulaban 16 meses sin perder en casa y el curso pasado sólo perdieron un partido en Liga, ante el Atleti, su próximo encuentro.