Los conductores aparcan cerca de los árboles para buscar inmitidad. :: J. M. A.
Chiclana

El pinar del sexo gana adeptos

Docenas de coches llegan cada día a esta zona para practicar el 'cruissing' o relaciones sexuales, normalmente entre desconocidos La pinaleta del Hierro es cada vez más frecuentada para encuentros gays

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Hay quien va allí a practicar deporte o a trabajar y se encuentra, de repente, con una proposición íntima. El Pinar del Hierro se ha convertido en un auténtico paraíso del encuentro sexual entre desconocidos, mayoritariamente hombres. Agrupados bajo la etiqueta de habituales de 'cruissing', acuden tanto mañana, tarde o noche a la zona más próxima a la frustrada urbanización de Chiclana Park. La voz se ha corrido y el pinar empieza a poblarse de habituales a este tipo de prácticas.

Son docenas los turismos y motocicletas que, aprovechando el poco tráfico que tiene la antigua nacional, se acercan a la zona acordada para echar un vistazo. Lo siguiente es aparcar y entrar en el juego o dar media vuelta. Hay apenas un par de huecos y dos o tres carriles dentro del propio pinar. Lo que allí pasa solo lo saben quienes han entrado alguna vez, pero el ir y venir, el trajín y las caras, lo dicen todo. Basta con echar un vistazo a cualquier página de Internet de contenido sexual, para darse cuenta de que el chiclanero Pinar Hierro tiene cada vez más tirón.

«Desde hace meses por aquí se observan movimientos raros», asegura un camionero que suele repostar en una de las dos gasolineras que lindan con la pinaleta antes de iniciar su ruta semanal.

Esta circunstancia, unida al intenso deambular de vehículos que acceden o salen de la zona, muchos ocupados por parejas que buscan un momento de intimidad cuando cae la noche, está haciendo que ya se hayan producido algunos sustos en la incorporación de coches desde el cercano cruce de Campano, según han denunciado varios conductores.

El sexo (siempre consentido y en sus múltiples variantes), tiene como escenario un pinar que el Ayuntamiento de Chiclana ha acondicionado paulatinamente para la práctica deportiva y el uso y disfrute de los ciudadanos. Allí no se construirá ninguno de los 217 chalets que estaban previstos.

El Pinar Hierro se une así a los espacios de la provincia donde es posible traspasar las fronteras del morbo y buscar nuevas experiencias, y cuyos máximos exponentes son las playas de Punta Candor en Rota o Cortadura en Cádiz, y el Costo de la Islena, también entre pinos, en El Puerto.