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Concha Velasco: «No soy fácil de dirigir»

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Fue ‘chica de la Cruz Roja’, luego le tocó hacer de ‘chica ye-ye’ y desde este lunes –a partir de las 22.00 horas en La 1– la podremos ver como ‘chica de oro’, en una de las apuestas de TVE más potentes de la temporada. Concha Velasco retorna a la pequeña pantalla con la adaptación española de la exitosa y premiada serie de los años 80. Los créditos, de lujo, porque con Concha estarán Carmen Maura, Lola Herrera y Alicia Hermida.

–Ya ha podido ver los primeros capítulos de la serie. ¿Qué cuerpo se le queda?

–Muy bueno. Y eso teniendo en cuenta la carga de trabajo que soportaba cuando grabé las escenas de los primeros capítulos. Lo hice mientras estaba con ‘La vida por delante’ en el teatro en Barcelona. Tras la función volvía a Madrid por la noche y sin apenas dormir, por la mañana grababa las escenas que me tocaban. Con lo cual, no me esperaba hacer un trabajo tan fantástico. Se lo agradezco mucho a José Luis Moreno, que me ha orientado muy bien. Porque reconozco que no soy fácil de dirigir.

–Su personaje es el más responsable y analítico de todos… ¿qué le atrajo del papel de Doroti?

–Es el personaje más difícil. La más seria y antipática. Mucha gente me dice, ¿cómo es que has aceptado hacer de Doroti? ¿No hubiese sido mejor, tras interpretar a Carmen Orozco en ‘Herederos’, interpretar a alguien más simpático? Y siempre doy la misma respuesta: ‘para mí hacer de Doroti es un reto. Es un papel jugoso’.

–¿Cuánto hay de ella en usted?

–Poco. Los personajes hay que interpretarlos y sentirlos en su momento. Aunque es cierto que hay similitudes entre nosotras. Doroti está separada, no quiere saber nada del amor ni de los hombres y sigue teniendo un recuerdo de su ex marido al que tanto quiso. Así que para qué nos vamos a engañar, ¡algo sí que hay similar! (risas).

«Sin saber una palabra»

–Y qué me dice de sus compañeras. Menudo elenco...

–Nunca había trabajado con ellas. Las admiraba desde hace muchos años y ahora que estamos trabajando juntas, más. Aprendo cada día a su lado.

–¿Cómo es la convivencia entre las actrices?

–A nivel personal no tenemos nada que ver la una con la otra. Pero precisamente porque somos cuatro primeras espadas de la interpretación sabemos lo que cuesta llegar aquí. Nos respetamos mucho.

–Compatibiliza las funciones de teatro con las grabaciones de la serie. ¿Ya llega a todo?

–Duermo media hora diaria. Hay días que llego al plató sin saberme una palabra. Aunque mis compañeras me ayudan mucho y lo agradezco. Si no fuera por ellas no lo conseguiría.

–¿Cómo se siente a su edad y enfrentándose a tantos proyectos?

–Muy feliz, como actriz y como persona. Puedo presumir sobre todo de haber sabido adaptarme al momento que me toca vivir.

–Pero hace unos meses pensaba en la retirada...

–Ojo, no lo dije por decir ni con la intención de que la gente fuera a verme más al teatro. Gracias a Dios no me hace falta. Lo que ocurre es que pasé por un momento familiar doloroso y me encontraba mal anímicamente. También me influía Madame Rosa, el personaje que hago en ‘La vida por delante’. Es muy duro y me hace sufrir.

–¿Ya ha pasado ese bache?

–Sí, ‘Las chicas de oro’ me ha devuelto la alegría de continuar en este oficio. Demuestra que aún tengo posibilidades de seguir haciendo cosas importantes como actriz. Aunque a veces llega un momento en el que te planteas si bajar los escalones que tanto trabajo te ha costado subir. Es decir, quedarme en casa. Es muy difícil ser mayor en la vida y en el escenario.