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Día de la Virgen en el Pelirón
Actualizado: GuardarLa Hermandad del Consuelo experimentó el pasado domingo noche una de las jornadas más emotivas de cuantas albergara en su fuero interno de un tiempo a esta parte. Júbilo, gozo desatado y deleite corporativo que bien merecían sus constantes y sonantes hermanos -presididos a la sazón por el incombustible y siempre entusiasta y entusiasmado Mateo López-. Jornada, insistimos, de estrenos -terminología ésta, la del estreno, tan genuina del mundo de las cofradías- para una convocatoria religiosa que anunciaba Función de la Virgen en pleno epicentro del barrio del Pelirón. No cupo un alfiler en la pequeñita capillita que sin embargo tantos suspiros, tantos anhelos y tantos logros concitó en sus adentros. Romanticismo de ceremonia litúrgicamente intachable, casticismo de una hermandad abierta de par en par a la idiosincrasia de sus calles y de su vecindario y cofradierismo de hermanos nuevos tomando la medalla de la cofradía. Y un dato para la esperanza: la práctica totalidad de los recién admitidos son. ¡niños! ¿Quién adujo y predijo el anacronismo de las hermandades? En el Pelirón hay generaciones para rato. La predicación corrió a cargo del párroco de Las Viñas, José María Rodríguez González. Estuvieron presentes, entre otros, Antonio Saldaña Moreno, Eusebio Castañeda, Inmaculada Pavón, Yolanda Hurtado, José Manuel Rodríguez, Juan Luis Vázquez, Carlos Acosta o Tomás de la Rosa.