Zapatero avisa a Batasuna de que se olvide de su legalización
Sostiene que nada ha cambiado desde el último comunicado de ETA Rubalcaba reclama la asfixia económica de la organización terrorista
MADRID. Actualizado: GuardarEl presidente del Gobierno transmitió a la izquierda 'abertzale' que se puede olvidar de la legalización de Batasuna u otra formación política del mismo credo. «Quienes están fuera de la legalidad porque no condenan tajantemente la violencia, están en la misma situación hoy que antes del comunicado, exactamente la misma», afirmó ayer José Luis Rodríguez Zapatero en una comparecencia conjunta en el palacio de la Moncloa con el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina, Salam Fayed.
El jefe del Ejecutivo valoró por primera vez el comunicado de ETA del domingo. Mostró su «profunda decepción» con el anuncio de la organización terrorista de suspender los atentados porque es una medida desde todos los puntos de vista insuficiente. «Ya no valen comunicados; la única decisión válida se dice en pocas palabras: abandono de las armas para siempre», manifestó con rotundidad.
Zapatero sólo mostró su satisfacción por «la valoración coincidente» que han hecho todas las fuerzas democráticas del mensaje terrorista porque esa unidad fortalece la lucha contra ETA. En el Gobierno ha causado especial satisfacción la sintonía con el PP y que Mariano Rajoy no haya atendido los comentarios críticos del ex ministro del Interior Jaime Mayor Oreja, quien ha apuntado que el comunicado de ETA es el fruto de contactos con los socialistas dentro de un segundo proceso de paz.
Antes que Zapatero, el ministro del Interior transmitió el mismo mensaje a la izquierda 'abertzale'. Alfredo Pérez Rubalcaba comunicó a la izquierda 'abertzale' que «pierde el tiempo» con sus peticiones al Ejecutivo de legalización. Batasuna «se ha equivocado de interlocutor. No es al Gobierno sino a ETA a quien tiene que dirigirse» para volver a la legalidad ya que «ETA es su problema» para volver al juego político democrático.
Interior ni se plantea revisar la ilegalización de Batasuna o admitir en el registro de partidos a una nueva formación nacida de ese mundo hasta que se produzca una condena de la violencia o bien la organización terrorista anuncie el abandono de las armas y su disolución.
El presidente del Gobierno y el titular de Interior cerraban así el paso a la primera de las demandas de la izquierda 'abertzale', que ayer en Bilbao reclamó la vuelta a la legalidad de Batasuna. El representante del sindicato LAB Txelui Moreno, acompañado de dirigentes como Tasio Erkizia, Rufi Etxeberria y la alcaldesa de Hernani, Marian Beitialarrangoitia, detalló que uno de los «pasos» que debe dar el Gobierno tras el comunicado de ETA y que está recogido en el documento de «mínimos democráticos» en el que trabajan la izquierda 'abertzale' y Eusko Alkartasuna pasa por la «legalidad ya» de Batasuna para facilitar su presencia en las elecciones locales y forales de mayo. Esta medida, dijo Moreno, permitiría al Gobierno de Zapatero «pasar el test democrático».
El dirigente sindical sostuvo que esa, entre otras medidas referidos a los presos de ETA y sus familiares, debe ser la respuesta gubernamental a la aportación «de gran magnitud» de la organización terrorista en su último comunicado.
El Gobierno, lejos de dar el menor pábulo a los planteamientos de ETA, hizo un llamamiento para asfixiar la economía de los terroristas. Las fuerzas de seguridad temen que la organización terrorista quiera aprovechar el alto el fuego para conseguir dinero con el que poder reorganizarse. El ministro del Interior fue tajante: «Hay que asfixiar a ETA económicamente».
Rubalcaba instó a los empresarios extorsionados a «no dar ni un duro a los terroristas». Según un informe de la Universidad Complutense, que las fuerzas de seguridad dan por bueno, durante el primer semestre de 2010 ETA intensificó las campañas de extorsión hasta conseguir en los primeros seis meses cerca de 3,1 millones de euros, una cifra similar al mismo período del año pasado cuando logró recaudar cerca de 3,5 millones. El 'impuesto revolucionario', apuntan desde Interior, es la única vía de financiación de los terroristas, al margen del dinero que los ayuntamientos gobernados por la izquierda abertzale puedan desviar a sus arcas.
No está forrada
«No diría -añadió el ministro en una entrevista en Telecinco- que la banda está forrada, dudo que sea así, pero es evidente que sigue manteniendo la presión sobre empresarios, aunque también es evidente que la gente paga menos porque está perdiendo el miedo», por ello insistió a las personas chantajeadas para que no cedan a la extorsión porque el económico «es otro frente donde tenemos que apretarles».
Rubalcaba avisó de que no tiene constancia de que la estructura militar de ETA haya dejado de funcionar tras el parón decretado hace meses. Los terroristas, recordó el ministro, «pueden seguir abasteciéndose» y ante ese peligro «las fuerzas de seguridad van a seguir persiguiendo a la banda allí donde esté, hasta el fin de la violencia».
En esa misma línea, el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, confirmó que ETA no ha dejado de enviar «cartas de extorsión y amenazas» este verano. Indicó que pensar que estas prácticas van cesar por el alto el fuego es «un engaño». Urkullu recordó que la organización terrorista anunció un cese de atentados, pero nada dijo de las «acciones de aprovisionamiento» para captar fondos o reorganizarse.
Nuevas cartas de extorsión en agosto
La banda terrorista no cesó el chantaje a los empresarios vascos en el presunto tiempo en el que había decidido detener las «acciones armadas ofensivas». Según datos a los que ha tenido acceso este periódico, incluso en agosto hubo industriales que recibieron cartas amenazantes en las que ETA le exigía el pago de cantidades, que en algunos casos sobrepasaban los 400.000 euros. En la mayoría de los casos se trata de recordatorios de anteriores amenazas.
Este dato confirma las sospechas de las fuerzas de seguridad. El documento hecho público por la organización el domingo no tenía en cuenta para nada la extorsión etarra, que, según todas las hipótesis, se mantendrá durante los próximos meses, tal y como ha sucedido en anteriores parones de la banda. En la última tregua, la del año 2006, ETA modificó el texto que utiliza de forma habitual y empleó expresiones en las que reclamaban aportaciones voluntarias. Pero la extorsión continuó.