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lucha antiterrorista

Francia condena a cinco años de cárcel a dos etarras que se dedicaban a formar a nuevos a pistoleros

El juicio a Juan Ramón Carasatorre Aldaz y José Ramón Lete Alberdi es el primero desde que ETA anunció la tregua

EFE
PARÍSActualizado:

Los etarras Juan Ramón Carasatorre Aldaz y José Ramón Lete Alberdi han sido condenados en Francia a cinco años de cárcel por haber constituido en el 'aparato militar' de ETA una estructura dedicada a la formación de terroristas cerca de Pau entre septiembre de 2000 y noviembre de 2001. El Tribunal Correccional de París también ha ordenado la expulsión definitiva de Francia al término de la pena de prisión para Carasatorre y Lete, que cumplen otras condenas y están pendientes de ser extraditados a España.

Ninguno de los dos ha querido responder a las preguntas del tribunal ni intervenir durante este juicio, el primero que se celebra en Francia contra ETA desde que la banda hiciera público el domingo que ha declarado un alto el fuego. La condena ha sido inferior a los seis años que había solicitado la fiscal Fanny Bussac, que sostenía que los dos etarras, que cuentan con un largo historial en la organización terrorista, estaban "encargados de formar a los asesinos de ETA".

Otra condena para Txapote

En España, la Audiencia Nacional ha condenado a cinco años de prisión al ex dirigente etarra Javier García Gaztelu por proporcionar armas a dos integrantes del 'comando Aralar' y ordenarles viajar a Madrid para recabar datos sobre posibles objetivos de ETA en 2000.

Según la sentencia dictada por la sección cuarta de este tribunal, la nueva condena a 'Txapote', que suma casi 300 años de cárcel por distintas causas - entre ellas los asesinatos de Miguel Ángel Blanco, el edil socialista Fernando Múgica y el también concejal del PP Gregorio Ordóñez-, tiene "nula repercusión" en el cómputo final de la pena efectiva que debe cumplir.

El tribunal señala que su actitud durante el juicio, celebrado el pasado 6 de julio y en el que se negó a declarar limitándose a mandar "al carajo" al tribunal, le "hurtó a sí mismo" el derecho a defenderse de las acusaciones de los delitos de tenencia ilícita de armas y de falsificación de documento oficial por el que ha sido condenado. "Se comprende que al procesado le resultase más rentable adoptar la postura que adoptó, deseoso de aparecer en los medios de comunicación", apuntan los magistrados.