Un incómodo heredero político para Sarah Palin
Actualizado:Levi Johnston ha vuelto a saltar a la palestra, esta vez como protagonista de un 'reality show' de cariz político. El joven, padre del nieto de Sarah Palin, proclamó en agosto su candidatura a la alcaldía de Wasilla, el municipio de Alaska que alumbró en 1996 la carrera política de la ex candidata republicana a la vicepresidencia de Estados Unidos. Las cámaras de Stone & Company retransmitirán en la pequeña pantalla cada uno de sus pasos.
«Va en serio», aseguró ante la incredulidad del público, escarmentado tras su posado en 'Playgirl'. Johnston anunció en noviembre que se despojaría de toda prenda en la portada de la revista, pero finalmente hizo gala del recato que le imploró su ex suegra en un rapapolvo televisado. Esta vez, por si alguien dudara de su palabra, ha enviado una carta de compromiso a la Comisión de Asuntos Públicos de Alaska.
«Iré y haré lo que pueda. Se trata de mi casa, el lugar donde me crié, y siempre lo será. Mi hijo Tripp crecerá en Wasilla y quiero cambiar un puñado de cosas», confirmó por medio de la productora. El programa -'Loving Levi: The Road to the Mayor's Office' (Querer a Levi: el camino a la alcaldía)- aspira a conseguir el respaldo del público adolescente y perpetuar el tirón mediático del muchacho al menos hasta octubre de 2011, fecha en que se celebrarán los comicios.
Tras su ruptura con Bristol -la hija mayor de la política conservadora-, Johnston emprendió una peregrinación por los principales platós de televisión. Si bien en un principio se prodigó lavando en público los trapos sucios de la ex gobernadora, más tarde aparcó el hostigamiento y, arrastrado por el éxito, abandonó los estudios para dar sus primeros pasos como actor en un anuncio de pistachos.
Su equipo inauguró hace dos semanas la campaña electoral en una tienda de armas. Rodeado de curiosos y una caterva de cámaras y asesores salidos de la industria del entretenimiento, Johnston recordó su afición por la caza y el hockey -dos de los pasatiempos favoritos en el penúltimo estado en incorporarse a la Unión- para congraciarse con el electorado, aún leal a su ex alcaldesa y vecina más célebre.
El veterano Verne Rupright, regidor municipal, le aconsejó templar sus ánimos y centrarse: «Creo que le convendría sacarse el graduado escolar y permanecer vestido. A los votantes eso les gusta», ironizó. Johnston respondió con guante blanco, imbuido del ardid de humildad a la que son dados los políticos: «Debo graduarme y tal vez presentarme a concejal y medrar desde ahí», concedió.