Un mes en las entrañas de la tierra
Los 33 mineros chilenos sepultados mantienen una organización estricta para sobrevivir
Actualizado:Cuando se cumple un mes desde que un derrumbe atrapó a 33 mineros en el yacimiento de cobre y oro de San José, al norte de Chile, el hambre y la zozobra quedaron atrás para los operarios que se mantienen ahora de buen ánimo a la espera de un rescate que se convertirá en un operativo sin precedentes en la historia de la minería mundial.
Los expertos de la agencia espacial estadounidense que han viajado al país sudamericano para asesorar a los rescatadores en técnicas de supervivencia en lugares aislados se sorprendieron al conocer la disciplina que siguen los mineros en forma espontánea. «Estamos muy impresionados con la calidad de la planificación y de los tratamientos que se están dando a los atrapados», confesó el subjefe médico de la NASA, Michel Duncan.
Los mineros se han organizado en tres grupos con un líder cada uno, y operan como equipos de trabajo. Tienen un área de salud para las medicinas, una de descanso y una mesa en torno a la cual comen y se entretienen con juegos de dados y dominó. Tienen también una zona para los residuos y excrementos que están aprendiendo a procesar.
Duncan remarcó que los mineros atrapados bajo tierra están viviendo una situación «única» y anticipó que el rescate también lo será. No hay antecedentes de un siniestro de esta gravedad que se haya saldado sin víctimas mortales, que permita mantener con vida a los mineros por tanto tiempo y cuya evacuación se realice desde esas profundidades.
Canales de televisión de todo el mundo están apostados junto a la boca de la explotación para registrar cada etapa. Desde el 22 de agosto, cuando los mineros dieron señales de vida, se comenzó a hacerles llegar agua, alimentos y medicamentos. También tienen una vía de comunicación, una cámara de vídeo para que muestren cómo están y un proyector para ver a sus familiares. Los envíos y comunicaciones se hacen a través de conductos de apenas diez centímetros de ancho que llegan hasta el refugio donde sobreviven los trabajadores.
Pero en paralelo al cuidado de los mineros se realizan todos los esfuerzos posibles para rescatarles. Hace una semana comenzó a operar una perforadora que excavó un agujero de cuarenta metros de largo. El viernes llegó al campamento una segunda que abrirá otra chimenea, en una suerte de plan B, mientras el presidente Sebastián Piñera confirmó que habrá también un plan C: una perforadora de prospección petrolera que acometerá una tercera ruta.
Mientras las obras se llevan a cabo, el objetivo es mantener a los mineros sanos, fuertes y flacos. Para el día del rescate, el diámetro de la cintura de los mineros no puede exceder los 60 centímetros. Para ello reciben una dieta de 2.000 calorías diarias y cinco litros de agua cada uno.