MUNDO

Tres atentados talibanes siembran el caos en Pakistán

Las bombas dejan más de 60 muertos y cientos de heridos y el más virulento ataca una manifestación propalestina en Quetta

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Una ola de atentados islamistas sembró ayer el caos y la incertidumbre en Pakistán, aún convaleciente de la peor crisis humana de su historia. El ataque más virulento tiñó de rojo las calles de Quetta, en el suroeste, cuando un terrorista suicida hizo explotar la bomba que portaba al paso de una manifestación chií. Más de cincuenta asistentes perecieron y al menos 116 resultaron heridos.

A las 15.00 hora local (12 del mediodía en España) un fortísimo estruendo sacudió la zona comercial de la ciudad, tomada por los manifestantes. Sus cuerpos inertes quedaron desperdigados sobre el asfalto entre pequeños incendios y alaridos. Como cada último viernes de Ramadán, la marcha conmemoraba el día de Al Quds, convertido en jornada de solidaridad con Palestina y de condena a Israel por el ayatolá Jomeini, líder de la revolución islámica iraní, en 1979.

Una turba armada y enfurecida se congregó en el lugar de inmediato y arrasó con todo lo que encontró a su paso: comercios, mobiliario urbano, automóviles... Algunos abrieron fuego al aire e increparon la Policía, a la que acusan de no hacer lo suficiente para protegerles. Las autoridades han admitido tácitamente la negligencia de algunos agentes al destituir a varios mandos policiales. Un comando talibán reivindicó la infamia poco después en declaraciones a la agencia norteamericana AP.

Dos horas antes, otro suicida hizo estallar antes de tiempo su carga en la entrada de un templo de la ciudad noroccidental de Mardán. Un guardia y tres fieles murieron alcanzados por la explosión. Casi al mismo tiempo, la detonación de otro artefacto al paso de un furgón policial segó la vida de un agente e hirió a otros tres en la cercana Peshawar.

El primer ministro de Pakistán, Yusuf Razá Guilani, condenó la matanza y ordenó la apertura de una investigación que esclarezca lo ocurrido. Al cierre de esta edición, el Gobierno aún no había confirmado la autoría talibán. La Embajada de Estados Unidos también censuró el «despiadado» atentado.