Zapatero saluda al emperador Akihito durante la última jornada de su viaje a Japón. :: EFE
ESPAÑA

Zapatero vincula el fin de la crisis a que se aprueben los Presupuestos

Ofrece ser «muy receptivo» a las propuestas de los grupos que apoyen las cuentas públicas del próximo año

MADRID. Actualizado: Guardar
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La negociación presupuestaria persigue a José Luis Rodríguez Zapatero vaya donde vaya, y su último día de la visita a Japón no fue una excepción. El presidente del Gobierno intentó desvincular el éxito o fracaso de los Presupuestos de su suerte política. Lo importante, vino a decir, no es la continuidad de la legislatura o el anticipo electoral, sino la salida de la crisis y el afianzamiento de la economía. El rechazo al proyecto de cuentas públicas abocaría al jefe del Ejecutivo a disolver el Parlamento y convocar elecciones, pero ese contratiempo político sería un mal menor en comparación de los efectos que tendría en los mercados financieros, según el análisis que hizo ayer en Tokio.

Con los Presupuestos, a juicio de Zapatero, España se juega su credibilidad internacional en unos momentos en que se aprecian signos de que se remonta el bache económico. Se refería a la revalorización de la deuda española y la facilidad con que se han colocado los títulos en las últimas subastas, así como a la reducción del déficit público en los primeros siete meses del año. Unos datos que permiten pensar en que se puede cumplir el objetivo de dejar este año los números rojos en el 9,3% del PIB y llegar al 3% en 2013.

«La economía española necesita los Presupuestos, las reformas necesitan los Presupuestos, la austeridad fiscal y la reducción del déficit necesitan los Presupuestos», sostuvo el jefe del Ejecutivo antes de regresar a España.

Ante una empresa de este calado, reclamó a las fuerzas políticas que no caigan en las pequeñeces y el cortoplacismo. Aprobar los Presupuestos, añadió, es un asunto de «interés general» porque está en juego consolidar la recuperación y poner en marcha las reformas estructurales. En este contexto, dejó entrever, la continuidad del Gobierno es un elemento secundario.

Pidió, por tanto, que no se planteen negociaciones «tácticas» o «partidistas» para arrancar este o aquel compromiso inversor al Gobierno. Garantizó, no obstante, que será «muy receptivo» a las propuestas de los grupos que estén dispuestos a apoyar los Presupuestos. Un mensaje dirigido al PNV, única fuerza junto a Coalición Canaria con las que los socialistas mantienen contactos para pactar las cuentas. Pero esta generosidad, puntualizó, tiene un límite, el que marca la Constitución.

Caja única

Zapatero no entró en el detalle de las conversaciones con los nacionalistas. Sí aludió a la ruptura de la caja única de la Seguridad Social para ceder la gestión al Gobierno vasco de las bonificaciones empresariales por contrataciones, un dinero que no está territorializado. Recordó que existe abundante jurisprudencia del Constitucional contraria al fraccionamiento del sistema y el Gobierno, avisó, se atendrá a ese criterio.

El PNV pretende que la transferencia de las políticas de empleo a Euskadi vaya acompañada de las bonificaciones a la contratación mediante la reducción de cuotas empresarias a la Seguridad Social, un elemento que según diversos expertos, rompe la caja única de la Seguridad Social. Una opinión que comparte el PP y también el 'lehendakari' Patxi López. El acuerdo al que llegó el Ejecutivo de Vitoria y la Administración central el año pasado no incluía las bonificaciones empresariales, y por eso la valoración es diferente. El Gobierno vasco la cuantificó en 300 millones de euros, mientras que el PNV la eleva a 480 millones.

El líder de los nacionalistas vascos advirtió que si no se ejecuta la transferencia de las políticas activas en los términos planteados por su partido «en ningún caso» contará con su apoyo. Ratificó, no obstante, su disposición a «hablar» con «voluntad de negociar».