CURA DE HUMILDAD

Que el Xerez no haya comenzado la Liga con buen pie nos puede venir hasta bien. Evidentemente no me alegro de la dolorosa y abultada derrota que nos endosó el Cartagena. Tengo que confesar que me llevé una tremenda desilusión, como supongo que la gran mayoría de ustedes. Ahora, con el paso de los días y antes de que afrontemos la segunda jornada del campeonato, me pongo a pensar y pienso que a lo mejor el traspiés es positivo.

Sin duda, se trata de una cura de humildad para todos y una llamada a la prudencia, empezando por los propios medios, aficionados y jugadores. Y es que la pretemporada de los de Javi López había vuelto a ilusionar, pero para entonces no se paraba a pensar que a los rivales que les habíamos ganado eran de otras ligas mucho más inferiores que la Segunda, a excepción de Córdoba y Ceuta que realmente sacaron a relucir nuestras vergüenzas.

Por todo ello, ahora que realmente nos la estamos jugando -aunque todo esto acaba de empezar y queda todo un mundo- el nuevo Xerez de Emilio Viqueira y Javi López puede empezar a funcionar. Cerrada la plantilla, hay que reconocer que el gallego ha hecho un gran trabajo, un gran equipo y que fuera del campo, en los despachos, ha vuelto a dar uno de sus 'mágicos' pases. Otra cura de humildad, de prudencia y de confianza en los futbolistas.

Y es que, por si ya se nos había olvidado, no es nada fácil el retorno a una categoría muy complicada, donde cuesta mucho ganar con un equipo totalmente nuevo. Por ello, y vuelvo a insistir, lo mejor que nos ha podido pasar en este arranque de Liga es la cura de humildad que endosó el Cartagena. Ahora sólo queda trabajar y que se den los resultados, porque eso sí, por mi parte no necesito ningún aviso más. El domingo ante el Barcelona B habrá que darle de nuestra medicina, ya saben para que también sepa lo que es la Segunda División.