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PUERTO REAL

El Hospital implanta un sistema informatizado para agilizar las extracciones

Con el nuevo método se persigue priorizar a los pacientes con unas mayores necesidades y personalizar al máximo la atención prestada

ANTONIO JUNCAL ciudadanos@lavozdigital.es
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El Hospital Universitario puertorrealeño ha implantado en su unidad de gestión clínica de Laboratorio un nuevo sistema, informatizado de principio a fin, para facilitar la extracción de sangre y la recepción de muestras. A partir de ahora todo el proceso que siga el usuario, desde su solicitud de turno hasta la definitiva extracción, estará en manos de ordenadores.

Los responsables del centro, que confían en la colaboración ciudadana, dan una especial importancia a esta innovación, ya que valoran que esta es «la zona de cara al público» del laboratorio, por lo que la estiman determinante para «marcar la satisfacción del usuario».

El nuevo protocolo mejorará la atención que reciben los cerca de 200 pacientes que acuden diariamente a sacarse sangre al hospital. El planteamiento se dirige sobre todo a mejorar la atención a aquellos usuarios considerados como más «frágiles» según los criterios del proceso de laboratorios.

En este grupo se integra a los niños, los anticoagulados que están medicados con Sintrom, quienes se vayan a realizar una curva de glucemia y las personas dependientes, que además suelen acudir al centro sanitario junto a sus familias cuidadoras, acreditadas ambas por la tarjeta '+Cuidados'.

El objetivo global, según explican desde la dirección del centro, es «dar prioridad a los pacientes con mayores necesidades y procurar una atención más personalizada.

El camino que todos ellos seguirán se canalizará por computadoras. A través de ellas se incorporarán directamente los datos de cada paciente al sistema de gestión del laboratorio, e igualmente se habilitará la entrega automática de los tubos para la extracción.

El sistema es sencillo. El usuario llega a la zona de recepción de muestras, donde obtendrá su turno gracias un dispensador automático. Lejos de cualquier imagen despersonalizada, la consideración de sus criterios particulares será la que marque las prioridades frente a otros pacientes integrados dentro del amplio grupo de «sin características especiales».

Los datos, convenientemente recogidos, se trasladan luego a la zona de recepción de muestras, donde al paciente se le entregan sus tubos concretos para la extracción. Hasta el flujo de entrada a esta última etapa del proceso se regula a través del ordenador. Es la manera, aseguran, de controlar la cantidad de pacientes que entran en función de la categoría a que se ajustan.

Tanta técnica no debe estar reñida con el toque humano, como explican desde el centro hospitalario. De hecho se persigue el trato lo más individualizado posible. Así, los ritmos en las llamadas para la obtención de muestras se llevan «de manera selectiva» a través de las pantallas y la megafonía.

El procedimiento garantiza además la confidencialidad del paciente, ya que se le avisa no por su nombre, sino simplemente por la referencia del turno. Los mismos monitores y esa voz a la que hay que estar atento es la que da aviso del momento en que se pueden recoger los tubos y del 'box' al que hay que entrar. Lo demás, ya esta vez sí, quedará en manos de un profesional de carne y hueso.