Besos que ruborizan y la Copa del Mundo
Actualizado:Hubo choque cultural. Zapatero acaba de bajarse de la limusina y se disponía a izar la bandera nacional en la Expo cuando una niña china fue a darle la bienvenida. Como hubiera hecho en cualquier pueblo español, el presidente le dio dos besos. La pequeña, roja como un tomate, casi se muere de vergüenza. Nadie le dijo que en Oriente las muestras de cariño públicas están muy mal vistas. Pero no todo fueron malos ratos. Zapatero exhibió orgulloso en Shanghai ante sus anfitriones un objeto muy preciado por todos y que había transportado en su avión: la Copa del Mundo de Fútbol conquistada por España.