España se conjura para tomar impulso en el Mundial ante Lituania

Fiesta nacional en Turquía. Se conmemora el Zafer Bayrami (Día de la Victoria), el 80 aniversario del adiós al yugo griego. La Plaza Cumhuriyet es un hervidero popular. Las tropas desfilan ante un escenario compuesto por banderas del país y retratos de Ataturk, cuya estatua ecuestre preside el lugar. Surcan el cielo helicópteros y aviones de combate, mientras en la bahía varios navíos de guerra engalanados permanecen fondeados. A escasos cien metros, en el hotel de concentración de España, la vida sigue igual. A su ritmo, los jugadores recién levantados y ajenos al bullicio amanecen tras una velada feliz, en la que se despojaron de amarres en busca de aguas abiertas. Fue como si las palabras esculpidas en el monumento del libertador nacional turco hubiesen calado también en ellos. «Soldados, vuestro primer objetivo es el Mediterráneo», reza la consigna histórica junto al Egeo. Distintos nombres para las mismas aguas.

El turno de palabra le correspondió a Sergio Scariolo y media docena de jugadores. Común denominador: el mensaje del paso a paso y la confianza en la calidad de una generación de ganadores. El italiano ha logrado un interesante equilibrio de minutos durante las dos jornadas, que no ha sido casual.

Los antecedentes del Eurobasket posibilitaron que la incidencia de la derrota en la jornada inaugural acabara relativizada. Y los nutrientes del triunfo ante los 'kiwis' han conducido a la selección a las puertas de un escenario apetecible.

Ahora España tiene que seguir su camino. Y lo hará hoy frente a Lituania (20.00 h.), un encuentro con el segundo puesto, al menos, en juego. «Decisivo es un partido de eliminación directa. Importantes son todos», sostiene Scariolo.