Sebastian Vettel no logra templar los nervios

Red Bull ha elegido y la duda reside en saber si ha acertado. Sebastián Vettel es el niño bonito de la escudería de moda, pero su templanza no encaja con el dedo de los jefes. El alemán pasa por ser uno de los mejores pilotos de la parrilla pero cada vez son mayores las dudas acerca de su capacidad para responder en los momentos clave. Mark Webber, señalado como Sancho Panza segundo y admitido por él mismo como cierto, tiene 28 puntos de ventaja. Vettel volvió a mostrar que no es oro todo lo que reluce. Dos accidentes provocados por él y cinco paradas en los garajes rebajan su estatura como aspirante frente a su compañero, que no amigo, y Lewis Hamilton.

«Tal vez es demasiado pronto para decir que Red Bull tendría que priorizar a un piloto sobre otro, pero tampoco debería hacerse demasiado tarde», dijo Webber en la intensa guerra fría que mantiene con su colega de escudería.

Vettel sacó de la pista a Button en un peligroso zigzag que retrató su ambición juvenil, siempre al límite de lo bueno y lo malo. Furioso por su retraso, también chocó con Liuzzi llegando desde atrás en su intento por alcanzar una remontada que no llegó. Acabó decimoquinto y con cara de perros. Al alemán es al piloto que más se le notan los triunfos y las derrotas en el rostro. «Lo que pasó, pasó y no lo podemos cambiar -dijo-. Obviamente no estoy orgulloso de lo sucedido. Lo siento, sobre todo, por Jenson Button. Veremos que podemos hacer en las próximas carreras».