COMO EN EL INFIERNO
Actualizado:La de ayer fue la carrera más dura de la temporada desde el punto de vista físico. Hicimos la pretemporada para cuando nos toque correr en Malasia. Porque la humedad que tuvimos que soportar nos sorprendió a todos. Fue un infierno. El asfalto superaba los 50 grados. Cuando corres en Asia vas con el 'chip' puesto, pero en Indianápolis se nos hizo una carrera eterna. Hubo que ir con mucho tiento para no cometer errores. Yo tuve un susto importante en el primer cuarto de la cita lo que provocó que me distanciara de la lucha por los cajones del podio, luego volví a recuperar el ritmo y rodar rápido pero no era cuestión de pelearle la tercera plaza a mi compañero Espargaró.
Hablando del catalán. En nuestro caso la labor de equipo supera los límites del box. Dormimos juntos por lo que en la habitación seguimos hablando de motos, las características del circuito... Hasta en sueños. El planteamiento inicial era estar juntos lo más arriba posible, pero fue muy duro.
Correr en un circuito mítico como éste está muy bien, se nota un gran ambiente motero, aunque sea un trazado de coches. Cuando llegas hay mucho barullo en la zona de tiendas -ayer se dieron cita cerca de 62.794 espectadores-, pero al ser tan grande las gradas se quedan un poco frías. Son las contradicciones que tiene. A pesar de todo sí pude ver una ikurriña en la grada, la que llevó mi amigo Germán de Erkoreka. Con el cuarto puesto salgo reforzado porque he conseguido estar cerca de la cabeza. Al final no pude comerme la hamburguesa gigante que tenía previsto comerme si lograba un gran resultado, pero sí me voy a tomar una cerveza sin alcohol para rehidratarme, y a la salud de todos.