OTRA VEZ LOS DE AMARILLO
Llevamos todo el verano renegando del Cádiz, jurándonos que ya no nos importa que gane o pierda. Pero poco a poco nos vamos reenganchando y, al final, volvemos a caer
Actualizado: GuardarEsto del Cádiz es como un puñetero tiovivo de los sentimientos, del ánimo. Como la noria que han instalado en Puntales. Tan pronto estás arriba eufórico, como abajo, hundido en la miseria. De un día para otro.
En junio descendimos a Segunda B otra vez en una última jornada en la que ganamos al Numancia. Pero resulta que el resto de equipos dedicaron, como siempre, más recursos a 'untar' a sus rivales. Y al pozo otra vez. Bajón gordo, de los peores de los últimos tiempos. De jurarse a uno mismo que nunca más volverá a pisar el estadio Carranza.
Van pasando los días, el verano, y aunque también te has jurado que ya no te importa nada que tenga que ver con el azul y el amarillo -más aún con el alegrón enorme del Mundial-, no dejas de mirar de reojo las páginas de deportes y tampoco apagas la radio cuando Manolo Camacho anuncia que el nuevo secretario técnico será Roberto Suárez. «Bueno -piensas- es un tío coherente, joven, con ganas... a ver qué hace. Aunque a mí me da igual ya lo que haga el Cádiz».
Luego empieza la pretemporada y llega el Trofeo. Últimos, como era de esperar, pero buena imagen. Gente nueva, canteranos... «Pero me da igual lo que haga el Cádiz», te repites.
Sin embargo, de forma casi inconsciente, cada vez te pica más la curiosidad de saber si Arriaga se queda o se va, o si Álvaro Silva y Cifu arreglan su situación.
Total, que poco a poco empiezas a subir en esa noria de la que les hablaba al principio. Y sigues subiendo cuando tu corazón le gana la partida a tu cabeza y enchufas Punto Radio para escuchar el Parla-Cádiz de Copa del Rey. No querías, pero lo escuchas. Y resulta que ganamos por goleada y empiezas a cuestionarte qué hacer hoy domingo por la tarde. Si irte a la playa o al Cádiz-Jaén. Sin quererlo, sin darte cuenta, vuelves a estar arriba.
Sin embargo, con este Cádiz de nuestras entretelas no hay manera de estar tranquilos, no te deja reengancharte. El viernes, sin esperarlo, de sopetón, nos desayunamos una noticia inaceptable. Los consejeros que dimitieron tras el descenso, vuelven a su poltrona.
El paripé de la rueda de prensa posterior al Cádiz-Numancia fue lamentable. Antonio Muñoz Tapia, con voz entrecortada, anunciaba que el consejo de administración en pleno, con el presidente a la cabeza, dimitía. Algo del todo absurdo porque Muñoz -padre- sigue siendo el dueño de las acciones. Básicamente porque no hay quién se las compre. Se trataba, simplemente, de desviar la atención, de crear una cortina de humo en tan delicado momento.
Estas últimas semanas, el presidente en la sombra ha gastado un dineral en teléfono tratando de convencer a gaditanos de todo pelaje para que entren a formar parte del nuevo consejo. Y ante las reiteradas negativas, ha optado por los de siempre. Nuevo bajón de ánimo.
No por los consejeros en cuestión. Evidentemente la culpa de que estemos como estamos no es de ellos y a algunos incluso les tengo cierta estima personal. Federico González, Miguel Cuesta o Enrique Huguet son buenos tipos, pero representan el pasado. Se trata simplemente de romper con ese pasado. O al menos de que lo parezca. Muñoz va a seguir mandando, ponga a quien ponga en los créditos de esta película. Pero las caras nuevas, las ideas renovadas, ayudan. De hecho, ellos mismos quisieron conseguir ese efecto al dimitir. Y ahora van y vuelve, para que nuestra noria baje un poco más. Mala cosa.
En fin. Sea como fuere, el verano va llegando a su fin y la Liga regresa. La infumable de Segunda B. Pero es lo que hay, es la que tenemos. Nadie nos obligó a ser seguidores de este equipo que por cada alegría nos da mil bofetadas. Hoy, desde por la mañana ya tendremos en el estómago el gusanillo. Y, vayamos o no al campo, estaremos deseando que gane el Cádiz. Que además juega con uno de los aspirantes. Como ganemos, para arriba otra vez. Ya volveremos a bajar en la noria. No les quepa la menor duda. Es lo que hay con este equipo de las narices.