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El portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, charla con Zapatero en un pasillo de la Cámara. :: EFE
ESPAÑA

El PNV amenaza al Gobierno con provocar un adelanto de las elecciones

El partido nacionalista vasco afirma que sin su apoyo a los Presupuestos Zapatero tendrá que dar por agotada la legislatura

R. G.
MADRID.Actualizado:

El PNV incrementó su presión sobre el Gobierno ante la negociación de los Presupuestos del próximo año. Los nacionalistas han dejado caer en los contactos que han mantenido en las últimas semanas, y que no se han interrumpido en agosto, que sin su apoyo José Luis Rodríguez Zapatero no podrá sacar adelante las cuentas de 2011 y que, por tanto, deberá convocar elecciones anticipadas. Los socialistas ven con preocupación que las condiciones que ha puesto el PNV son para no llegar a un acuerdo.

El optimismo del presidente del Gobierno y de su vicepresidenta económica sobre las posibilidades de reeditar el pacto presupuestario del año pasado con el PNV corre el riesgo de ser infundado en vista de los primeros tanteos negociadores. El partido que lidera Iñigo Urkullu mantiene que la contrapartida a su apoyo debe ser una respuesta favorable a las demandas presentadas en el Debate sobre el estado de la Nación, requerimientos que el PSOE rechazó en su mayor parte.

El PNV planteó, entre otros asuntos, el «reconocimiento de la realidad nacional» de Euskadi, la presencia de las selecciones deportivas autonómicas en competiciones internacionales, un referéndum sobre el condado de Treviño -enclave castellano-leonés en Álava-, el traspaso de la caja de la Seguridad Social al Gobierno vasco, además del traspaso de un bloque de competencias. Unos planteamientos de «máximos», según denunciaron los socialistas en su momento.

As en la manga

Los nacionalistas, sin embargo, están decididos a hacer valer la importancia de su respaldo, que es fundamental para el Gobierno, y mantienen intactas sus propuestas. Descartado el apoyo de las fuerzas de CiU y asumido que CiU no va a ser la tabla de salvación, el PNV, con sus siete diputados, es el único grupo parlamentario que asegura al Gobierno la mayoría para sacar adelante el proyecto, porque el hipotético respaldo del resto de grupos minoritarios es insuficiente.

Los nacionalistas vascos juegan, además, con un as en la manga. Pueden lograr que sus votos para los Presupuestos tengan reflejo en Euskadi, donde gobierna el socialista Patxi López con el apoyo del PP pese a que el PNV es la fuerza más votada. Nadie entre los nacionalistas se ha atrevido a verbalizar todavía ese elemento en las negociaciones, pero la exigencia de que el PSE rompa su alianza con los populares planea sobre los contactos.

El portavoz de los socialistas en la Cámara de Vitoria, José Antonio Pastor, tachó de «chantaje» la postura del PNV y su amenaza de provocar un adelanto electoral, aunque confió en que la evolución de las negociaciones atempere las posiciones y los nacionalistas bajen al terreno de lo posible. En el PSOE, sin embargo, no las tienen todas consigo y recelan de la cena que celebraron el pasado 19 de julio en Madrid los máximos dirigentes de CiU y PNV, en la que sospechan que trazaron una estrategia común para acelerar la convocatoria de elecciones mediante planteamientos imposibles de aceptar por el Gobierno.